«Ambos se miraron con lagrimas en los ojos, ella lo miró con dolor.
-Mi padre engaño a mi madre por cinco malditos años. Ambas sufrimos mucho, pero ella quedó destruida... No permitiré que me hagas lo mismo, Justin.»
•"Obra original mente mía, no se...
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Pov's ______
Estaba guardando todas mis cosas en mi maleta y por último la cerré. Miré alrededor de la habitación para asegurar de que no este olvidando nada.
Joder... Realmente voy a volver.
Se que debería estar aunque sea un poco feliz... Pero no puedo, soy consiente de que una parte de mi me pide a gritos volver al lado de Justin, pero la otra me dice que me quede aquí, al lado de Mike.
Pero, debo hacer lo correcto, no voy a negarle la familia feliz que se merece mi bebe por un egoísmo mío. Yo ya fui feliz, ahora me toca transmitirle toda esa felicidad a mi bebe.
Tal vez Justin no merezca que lo perdone y yo estoy haciendo mal en perdonarlo, pero estoy dispuesta a hacerlo, solo para que nuestro bebé pueda tener una infancia feliz.
Obviamente nunca se enterará de la infidelidad de su padre, lo terminaría odiando, vamos no soy una maldita para hacer que a Justin lo odie su propio hijo.
¿Estoy dispuesta a hacer todo esto a costa de mi felicidad?
Si, si lo estoy.
Acaricié mi notoria barriga y sonreí.
—Todo valdrá la pena con tal de verte sonreír.
Escuche un carraspeo y rápidamente dirijo mi mirada hasta la puerta.
—¿Puedo pasar?—
Le di una pequeña sonrisa y asentí.
—¿Ya estás lista?—
—Si... ya guarde todo.
—Bien, te ayudaré a meter la maleta a mi auto.
Se dirigió a mi maleta y la alzó con una mano sin problema. Bajo junto a él las escaleras y nos dirigimos al garaje donde se encuentra su auto.
Lo enciende, abre el maletero y mete mi maleta. Luego se dirige al lado del copiloto y me abre la puerta.
—Mademoiselle—
Me extiende una mano para ayudarme a subir, la cual acepto gustosa.
Cuando entró el cierra la puerta y corre al lado del piloto para posteriormente también subir.
Enciende el vehículo y suelta un suspiro.
—Gracias.— le digo.
—No hay de que, me enseñaron a ser un caballero que siempre tiene que ayudar a las damas.— suelta una pequeña risa
—No... Gracias, gracias por todo Mike.—
Él no dice nada y en silencio dirige su mano a la mía y entrelaza nuestros dedos.
—Sabes que no hubiera hecho eso por cualquiera.
No dije nada, no se me ocurre nada.
Él tampoco dice nada y el vehículo por fin se empieza a mover.
Yo me siento incómoda y estoy segura que él también lo está, pero aún así en ningún momento soltamos nuestras manos.
••••
—Bien mi reina... Llegamos, llegó el momento de que vuelva a su castillo.—
Dijo Mike al estacionar el auto frente a la enorme mansión y solté un pequeño suspiro.
Tranquilízate, no pasa nada, solo respira...
—Gracias.—
Antes de que yo pueda bajar del auto él vuelve a hablar.
—No importa cuánto tiempo pase, recuerda que yo siempre estaré para ayudarte, si algo pasa no dudes en llamarme.—
Le sonreí y le di un beso en la mejilla.
—Realmente no te merezco...—
Antes de que él pueda decir algo bajo del auto y me dirijo a paso firme hasta la puerta, saco las llaves de mi cartera y abro la puerta... No hay tiempo para vacilaciones, entró en la mansión y vuelvo a cerrar la puerta.
Cuando estuve adentro recién puede escuchar el auto de Mike arrancar y alejarse cada vez más.
—Señora Bieber...—
Escuche la dulce voz de la ama de llaves.
—Buenas...—
La viejecita me regaló una sincera sonrisa y se acercó a mi tomo mi manos entre las suyas y las acaricio levemente.
—Me alegra mucho que este de vuelta.—
Sin esperar yo le doy un cálido abrazo y siento que me dan ganas de llorar.
Estupidas hormonas del embarazo, soy mucho más sensible por sus culpa...
Escucho como una puerta se abre y luego escucho las pisadas fuertes y apresuradas hasta que delante de mi puedo ver a un Justin muy agitado.
—Justin...
Antes de que pueda decir algo más él corre hasta mi y me abraza.
—Bienvenida a casa.— besa mi frente.
—Estoy en casa.— le doy una pequeña sonrisa, la cual él corresponde.
Lentamente nos vamos separando y él se va agachando hasta que cae sobre sus rodillas y acaricia mi abultado vientre.
—Hola bebe ¿como van las cosas ahí dentro? Sabes, tu mamá y yo estamos ansiosos por tenerte en nuestros brazos y poder ser felices... todos juntos.
Sentí un nudo en la garganta y como pequeñas gotas caían por mis mejillas.
Justin levanta la vista de mi vientre y me da un pequeña sonrisa.
Se pone de pie y me rodea con sus fuertes brazos, yo le correspondo el abrazo y apego mi cabeza en su pecho.
—Te amo.— dice y deja un pequeño beso en mi nuca.
Escuchamos un carraspeo a nuestras espaldas y vemos a Rosa con una carta de sus manos.
—Es del hospital, confirmando su cita para mañana.— habla.
Justin se dirige a ella y toma la carta .
—Gracias.—
Ella asiente y se va a la cocina.
—Joder... Estoy tan ansioso por saber que será el bebe.—
