«Ambos se miraron con lagrimas en los ojos, ella lo miró con dolor.
-Mi padre engaño a mi madre por cinco malditos años. Ambas sufrimos mucho, pero ella quedó destruida... No permitiré que me hagas lo mismo, Justin.»
•"Obra original mente mía, no se...
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Pov's _______
Me tire suavemente sobre la cama y estampe mi cara en la almohada.
Estoy agotada tanto física como mentalmente.
Voltee y miré el techo, por primera vez note que era alto y de él colgaba un hermoso candelabro mediano , se veía simplemente maravilloso.
Mike decoró su casa, el mismo me lo dijo. Tiene mucho talento, pero el se decidió a tomar la empresa de su difunto padre.
La verdad es que él creció con sus abuelos, al morir su madre el quedó solo y su padre nunca lo acepto como un hijo suyo.
Nunca me dijo el porque...
Su padre no volvió a tener hijos, por ende Mike lo heredó todo, incluso la mansión de su padre. Era INMENSA, algo exagerado ¿Quien podía mantener una mansión tan grande?
Pero Mike no se la quedó, el donó la mansión a un orfanato, en el cual ahora viven felices y cómodos muchos niños y niñas. Los parientes de su padre ardieron de cólera ante aquella decisión, ya que todos habían tratado de convencer a Mike para que les vendiera la mansión.
Mike no tiene una buena relación con la familia de su padre, ellos lo odian.
Mis pensamiemtos son interrumpidos cuando escucho qie tocab la puerte, me levanto con pesades de la cama, me dirijo a la puerta y la abro. Me sorprendo al ver delante de mi un enorme ramo de Lirios rosados y blancos.
Mis flores favoritas.
—¿Como lo supiste?— tome el ramo y contemple las hermosas flores.
— Porque te vi observándolas mucho tiempo durante el paseo que tuvimos en el segundo año de la universidad.— respondió mostrándome una orgullosa sonrisa.
Sonreí y acerqué las flores a mi nariz.
En todos los años que llevaba saliendo con Justin el solo me regalaba rosas rojas, hasta ahora el sigue creyendo que esas son mis flores favoritas.
Como siempre, Mike se preocupa en cada pequeño detalle, siempre ha sido así de observador.
—Gracias, en serio, son muy hermosas.—
—Te mereces eso y mucho más.—
Le sonreí con ternura.
—Acompáñame a dejar estas flores en un jarrón con agua.—
El asintió y bajamos la escalera mientras hablamos de cosas triviales. Al llegar a la planta baja el busco un jarrón y me lo dio. Le puse agua y acomode las flores en el jarrón.
