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Yoongi POV

Me desperté con el estridente sonido de un portazo. Aún borroso por el sueño, vi como mi madre entraba a mi cuarto, quitándome las sábanas apresuradamente.

-¡Yoongi, llegas tarde! ¿Es que no has oído el despertador?

Suspiré y me levanté de mi cama. Me preparé lo más rápido que pude y salí corriendo por la puerta. Unos metros más adelante, encontré a mis dos amigos, que al parecer, me estaban esperando.

-Oh, Hoseok, hablando del rey de Roma, mira quién apareció- Jimin se dirigió hacia mí.

-Buenos días a vosotros también- dije tras rodar los ojos.

-¿Otra vez te quedaste dormido?- preguntó Hoseok, mientras empezamos a caminar en dirección al instituto.

-¡No! ¡Para nada!- mentí, pero ninguno lo creyó y se rieron en mi cara.

Aproveché el momento mientras pude, porque todos estos días, no había visto apenas a Jimin. Desde que empezó a salir con su nueva novia, Seulgi, no habíamos hablado casi nada. Pero ni Hoseok ni yo sabíamos cómo decirle que le echábamos de menos.

Jimin y Hoseok habían sido mis mejores amigos desde que, en tercero de primaria, cambiaron a Jimin de clase y Hoseok decidió hablarle y presentármelo. Somos inseparables desde entonces.

Nada más llegar al instituto, Seulgi se abalanzó sobre Jimin y, entre risas, se fueron corriendo juntos hacia otro lado. Hoseok y yo nos miramos y él se encogió de hombros. Seulgi siempre me había parecido buena chica, pero a este paso, la iba a acabar odiando.

Jungkook POV

Después de perderme dos veces por el camino, por fin pude llegar a mi nuevo instituto. El sitio en donde, a partir de ahora, pasaría más de la mitad de mis horas del día. Todos parecían tan cercanos, y no me sentía capaz de intentar empezar una conversación con ninguno. Entré solo al edificio, acompañado de algunas miradas junto con murmullos de Oh, un chico nuevo, tal y como lo esperaba. Suspiré y comencé a buscar mi clase. Antes de que me diera cuenta, me había vuelto a perder. Los pasillos estaban vacíos, por lo que las clases deberían de haber empezado ya. Me apoyé en la pared y me senté en el suelo, y justo cuando las lágrimas se disponían a bajar por mis mejillas, noté como alguien se acercaba.

-¿Estás bien?- preguntó con expresión preocupada.

-S-sí, estoy b-bien- contesté apartando la mirada.

-No me suenas, ¿eres nuevo?- se agachó para ponerse a mi nivel.

Asentí lentamente. El chico sonrió y me ofreció su mano.

-Soy Jimin. Park Jimin.

Tomé su mano y sonreí también.

-Jeon Jungkook.

Jimin me ayudó a levantarme y me guió hacia mi clase. Cuando llegamos, pasó delante de mí y abrió la puerta.

-Profesor, hay un alumno nuevo- dijo Jimin, haciéndome un gesto con la cabeza para que entrara.

-Park Jimin, retraso, como de costumbre estos días- Jimin fue ignorado, por lo que volvió a mirar hacia atrás y me sonrió.

-¿Cómo te llamas, chico?- preguntó el profesor, mirándome. Empecé a tartamudear cuando Jimin cogió mi mano y me arrastró dentro del aula.

Todos los ojos se fijaron en mí.

-M-m-me l-l-llamo-

-¡Jeon Jungkook, profesor! ¡Se llama Jungkook!- me interrumpió Jimin. Sentí como me ponía rojo y comencé a oír de nuevo los murmullos.

El profesor suspiró y echó una ojeada a la clase para encontrar un sitio libre.

-¿Ves a ese niño del fondo? El que tiene pinta de estar medio dormido.

Asentí, mirando al chico. Estaba echado en la mesa con los ojos entrecerrados. No parecía haber dormido nada.

El profesor pegó un par de golpes en la mesa para espabilarle. El chico ni le miró.

-¡Min, despierta!

Yoongi POV

-¡Min, despierta!- oí al profesor gritar.

Me estaba quedando dormido.

Otra vez.

Joder, esto de tocar piano hasta las 2 de la mañana no me está viniendo nada bien.

Sacudí la cabeza para apartarme el pelo de la cara. Miré al profesor para ver qué quería. Pero entonces vi al chico que había de pie a su lado, y me di cuenta de que Jimin también había llegado. Tarde, como siempre, porque probablemente se lo estuviera montando con Seulgi en sitios poco apropiados.

Me volví a fijar en el chico nuevo. Tenía el pelo castaño, casi negro, y unos ojos enormes preciosos. Sabía que me sonaba de algo.

-¿Quién es él, profesor?- pregunté y noté como el chico se ruborizaba.

-¿Es que no me has oído, Yoongi?- dijo Jimin mientras se giraba para mirarme.

-Tu gran amigo Yoongi estaba durmiendo mientras entrabas, Jimin- me recriminó el profesor antes de que pudiera articular palabra-. Señor Min, él es un nuevo alumno, y ya que a tu lado no hay nadie sentado, podríamos utilizar esa mesa para algo más productivo que para apoyarse, ¿no cree?

Rodé los ojos y aparté mi mochila.

El chico se sentó, y noté como estaba ligeramente asustado de mí. Me reí y le llamé dándole en el hombro.

-Oye, no muerdo.

El chico sonrió pero apartó de nuevo la mirada.

-No pillas las indirectas, ¿eh?

Le cogí la cara con las manos, girándole. Sentí como subía el calor a sus mejillas.

-Ya lo sabrás, pero me llamo Yoongi. ¿Tú?

-Me llamo J-Jungkook.

Su voz era adorable. No pude evitar sonreír.

-Encantado de conocerte, Jungkook. ¿Ves como no era tan difícil?

Jungkook se rió. Vi como miraba a Jimin.

-¿Eres amigo de Jimin?- me preguntó.

Asentí y le miré también.

-¿De qué conoces a Jiminnie?

-Me ha guiado a clase y creo que ahora soy su amigo.

Suspiré, y Jungkook se giró preocupado.

-¿Es que es mala influencia? ¿Es que no quieres que sea su amigo? ¿He hecho algo mal?

Qué mono es, madre mía.

-No, tranquilo, todo está bien. Solo que últimamente no paso tiempo apenas con él.

-Pues voy a hacer todo lo que pueda por que seáis otra vez amigos.

Le sonreí, y él también lo hizo. Me daba la impresión de que Jungkook y yo íbamos a ser buenos amigos.

Jungkook POV

Salí del instituto después de mi tan esperado primer día, y la verdad, no fue tan mal como lo imaginaba. Había hecho dos amigos. Yoongi y Jimin parecían ser buenas personas.

Todos los alumnos salían del edificio a la vez, pero cada uno tomaba un rumbo distinto. Esperaba ir solo en el camino de vuelta cuando divisé una silueta familiar, aunque no alcanzaba a ver quién era y me daba vergüenza acercarme a preguntar.

El chico fue por delante mía todo el camino, incluso cuando llegamos a la calle donde se encontraba mi casa, lo que significaba que era mi vecino. Cuando se aproximó a la casa que había junto a la mía, se paró y entró.

No le llegué a ver la cara, pero esa casa era la del chico del piano.

Un paso menos de averiguar quién es ese misterioso chico.

melodía ; yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora