Bueno, aquí estoy yo, Lucinda (Luce para los amigos), una chica de 15 años de 1,50 metros y justo en la línea de entre gorda y delgada pero sin estar a gusto con su cuerpo (como cualquier adolescente), morena clara de ojos verdes (aunque pequeñísimos si no me los pinto).
Todo empezó como suelen empezar las historias de amor de ahora, con una solicitud de amistad aceptada por mi parte de un chico que era amigo de mi amiga al cual no había visto en mi vida de mi misma edad. Por las fotos se le veía mono pero ¿Quién no se ve mono en las fotos de su perfil? Asique hablando y hablando surgió la propuesta de vernos y, obviamente acepté. Convencí a mi hermana mayor, Kate, para que me llevara desde mi pueblecito hasta un barrio de la periferia de la ciudad donde vivía el susodicho llamado Alex, asique me puse guapa y me planté con mi mejor conjunto casual en aquella plaza en la que no había estado en mi vida y con el corazón que se me saldría del pecho de un momento a otro.
Noté una mano en mi hombro sacándome de mi plan mental de salir corriendo de allí.
-¿Luce?- dijo Alex
Ai mi madre que ojos tan grandes mirándome y que cuerpo tan bien definido tengo delante de mí, jodidas hormonas de la pubertad. ¡Responde Luce!
-mmm eh.. si so so soy yo, ¿Tu eres Alex no?-
Con la sonrisa de creído ya me decía que se había podido de dar cuenta (aunque fuera obvio por mi cara pálida) de lo tremendamente nerviosa que me ponía.
-Obvio, a no ser que quedaras también con otro chico hoy y no me hayas avisado-
-¡Claro que no!- vale el grito le asustó un poco, contrólate Luce, respira – Bueno, ¿vamos a alguna parte no?-
-Tengo el sitio perfecto que enseñarte-
Y me llevó al parque más bonito con árboles más grandes que había visto en mi vida, y por el camino charlamos de tonterías, cualquier cosa que se venía a la cabeza y eso me hacía estar cada vez más tranquila y suelta con el, hasta que llegó el momento incómodo.
Se me acercaba bastante y me miraba fijamente a los ojos con una mirada que era difícil de interpretar no sabía si le gustaba lo que estaba viendo o si me mantenía allí simplemente porque era su “plan” de esa tarde. De todos modos lo evité mirando hacia otro lado.
Pasamos toda la tarde así riéndonos y paseando por su barrio hasta que llegó la hora de irme en el autobús.
Me cogió de las manos y me volvió a dedicar esa mirada pero esta vez cada vez más cerca y más y más hasta que pasó.
Sus labios eran finos pero extremadamente suaves, su cuerpo peligrosamente sexy y sus manos más que cuidadosas recorriendo desde mi nuca hacia la parte baja de mi espalda varias veces.
Momento de irme, (ooooooohhhh).
-Momento de irme, está llegando el bus- dije separándome de sus labios pero lo suficientemente cerca como para rozarlos con cada palabra que decía.
- ¿Y si coges el siguiente?- dijo con carita de pena
- Es domingo, ya no hay más-
-Bueno entonces háblame en cuanto llegues-
Me di la vuelta para montarme en el autobús cuando me giró y me plantó un beso fuerte y decidido en los labios antes de separarme y sonreírme mirándome a los labios.
Y me monté en el bus echa toda un flan.
Llegada a mi casa fui directa al ordenador a contarle que ya había llegado y me iba a dormir y con sus buenas noches dadas y sonriendo como una tonta me metí en la cama y recordé aquel beso hasta quedarme dormida.
TRR TRR TRR
Maldita alarma
Como podéis comprobar NO me gusta levantarme a las 7 de la mañana para correr al cuarto de baño, lavarme la cara, peinarme, pintarme y vestirme, y de nuevo correr a coger algo de desayunar y salir pitando por la puerta poniéndome bien la maleta y los cascos para llegar a tiempo al parque que me pilla de camino al instituto donde todas las mañanas espero a mi mejor amiga Savanah, ella es un poco más alta que yo pero con un año menos porque yo e repetido, tiene el pelo más largo y también lleva flequillo solo que más grueso que el mío, lleva gafas (yo también debería pero uso lentillas) es más extrovertida que yo , tiene los ojos de mi mismo color solo que más grandes y un poco más claros. Odia a las típicas cotillas del pueblo (que son la mayoría de chicas de aquí) tiene novio desde hace tiempo pero las cosas no van bien. Bueno sigamos con la historia…
Me encuentro con Savanah y seguimos el camino al instituto, allí todo es de lo mas normal no hay taquillas como en esas películas americanas ni profesores súper sexys, aquí los hay de 30 para arriba y los más jóvenes son feos y amargados, ah! y tampoco tenemos comedor, la cafetería no llegó hasta el 2012 asique… además de que es súper pequeña y para encontrar un hueco tienes que CORRER en cuanto suena la alarma del cambio de clase indicando el recreo después de tres horas de sufrimiento te lanzan al patio por mucho frío o calor que haga, sino está lloviendo no tienes derecho a quedarte dentro del centro ni de los servicios si no es para hacer tus necesidades y salir en menos de 5 minutos.
Al llegar a casa me pasé toda la tarde otra vez hablando con Alex que cada vez me decía cosas más bonitas (o es que yo las leía con buenos ojos). Al cabo de unas dos semanas quedando con el pasó algo inesperado (o tal vez esperado) a mí por lo menos me pilló desprevenida.