Día 44

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Día n°9 desde su despedida.

Gabriela había sido expulsada, pero no por conflictiva.

Más bien, los profesores decidieron que lo mejor para ella sería descansar un poco.

Así que aprovechó su día libre para poder ir a visitar a su moribundo amigo.

Como de costumbre, tomó el ascensor hasta la planta 2.

Al llegar a la recepción preguntó el número de habitación a la que le habían trasladado recientemente.

La simpática mujer respondió cálidamente informando que ahora mismo se encontraba en medio de una revisión diaria.

Podrían visitarlo dentro de media hora.

Gabriela dispuesta a esperar esos 30 minutos se dirigió a la habitación y tomó asiento en uno de los pequeños e incómodos bancos situados a un lado de la puerta.

Su madre tenía un turno de trabajo que cubrir así que se despidió de Gabriela y volvió a bajar a la planta 0 para tomar el coche y dirigirse a la empresa en la que trabajaba; V&A's Company, compañía corporativa familiar creada por Amelia, pareja actual del Sr. Valentín y ex esposo de Valentina (Madre de Gabriela), junto a este último.

Tras esperar la media hora requerida para tener el permiso de visitar al paciente deseado, el doctor que atendía a Alex abandonó la habitación y al ver a Gabriela allí sentada bastante impaciente decidió llamarle la atención.

-¿Ela?- Rápidamente ella se incorporó al oír la grave pero cálida voz del Dr.Thomas Crood.

>>Querida, estás aquí por Alex y no necesito que me lo digas siquiera, pero solo debo advertirte que si entras allí deberás tener mucho coraje pues tu amigo no se encuentra del todo bien.

>>No debería ser yo quien te dijera como se siente, al fin y al cabo él es el único que puede decidir eso, pero su estado está decayendo cada día más. Aún así creo que con un poco más de visitas rigurosas podría empezar a mejorar, no para de preguntar por ti preocupado de haber estado dormido cuando le visitabas.

Su forma de hablar atrapaba a cualquiera que mantuviera una charla con él, y por un momento se quedó embobada. Había que admitir que el Dr.Thomas era bastante atractivo para tener 40 años.

En cuanto Gabriela notó que una sonrisa burlona se dibujaba en el rostro del doctor, digamos que no era la primera vez que le pasaba eso de embelesarse, volvió a conectarse en el mundo real lejos de aquellas fantasías que tenía con ser mayor y vivir una vida junto a ese hombre.

-Lo siento- Aclaró su garganta- Y si visitarlo más seguido le hará mejorar yo estoy completamente a su disposición.

>>Y ahora con su permiso- Se levantó con la mirada clavada en el suelo y las manos cruzadas simulando un "autoabrazo"- Voy a pasar a la habitación para poder ver a Alex.

Sin quitar la mirada del suelo se adentró en aquel cuarto blanco y frío con un aroma que le ponía los pelos de punta.

Odiaba ese olor con todo su ser, pues fue lo último que respiró antes de desmayarse el día que su abuela falleció allí, en el hospital.

En cuanto volvió a sentir que esa fragancia inundaba sus fosas nasales empezó a notar que el espacio a su alrededor no paraba de tambalearse.

Sentía que volvería a caer rendida en el suelo una vez más.

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