N/A: Buenas noches, tengo un poco de libetad, así que he podido escribir un nuevo capítulo de esta historia, espero que os guste, a mi me parece que ha quedado un poco regular. Espero vuestras críticas.
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.Las navidades terminaron trayendo con su final un nuevo año, una nueva esperanza para la pequeña familia que ahora formaban Alexis y Castle, un año nuevo ante el que ambos sonreían esperanzados. Castle regresó a su puesto en el parque de bomberos, continuó con sus sesiones de terapia y sus reuniones para alcohólicos anónimos, pero cada día que pasaba de ese año nuevo cada semana estaba más seguro, debía tomar una decisión.
Si bien era cierto que él siempre había querido ser bombero también lo era que desde su reincorporación no se sentía agusto realizando ese trabajo, demasiados recuerdos se agolpaban en su mente, recuerdos que le hacían sentir que flojeaba en su recuperación o regeneración cómo él la llamaba.
Se tumbó al lado de su hija en la cama de la pequeña, era la hora del cuento pero Castle aquella noche tenía otros planes – Cariño – Alexis giró la cabeza para mirar a su padre y le vio demasiado serio haciendo que ella también dejase de sonreír – Los abuelos dicen que podríamos pasar una temporada con ellos – Lex entrecerró los ojos.
Los padres de Mer vivían en Francia desde hacía diez años lo que hacía que la pequeña Alexis no tuviese mucha relación con ellos al menos en persona porque vía internet y telefónica la tenían a diario.
Castle miraba a su hija, por el gesto que tenía sabía que estaba pensando en lo dicho – Pero ¿sería mucho tiempo? Es que el cole ya ha empezado, mejor lo dejamos para el verano – Rick acarició el brazo de su hija y suspiró antes de comenzar a hablar nuevamente.
Lex esperaba las palabras de su padre – Alexis, se me hace muy difícil trabajar, me vienen demasiados recuerdos malos que hacen que tenga ganas de volver a estar enfermo – Lex abrió la boca pero Castle le puso un dedo sobre los labios- No puedo, de verdad lo he intentado pero no puedo es superior a mí, lo mismo me pasa con esta casa – Alexis se fijó en las lágrimas que comenzaban a rodar con libertad por el rostro de su padre – Por favor – Dijo Castle mirando a su pequeña.
Alexis alargó su manita para limpiar las lágrimas de su padre – Papi, no quiero que estés mal. Yo también echo mucho de menos a mami – Castle apretó con fuerza el pequeño cuerpo de su hija contra el suyo- Estaría bien pasar un tiempo con los abuelos en Paris – Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de la pequeña.
Las separaciones nunca son fáciles y para Rick y Alexis despedirse de la familia Beckett fue muy duro, ellos habían sido durante mucho tiempo parte de su familia, pero todos entendieron que aquel viaje era lo mejor, no sólo para Rick sino también para la pequeña.
Una nueva vida se abría ante ellos, una vida sin recuerdos dolorosos atravesando cada día los poros de su piel. Nuevas oportunidades, nuevas esperanzas, nuevos retos, en resumen una vida que nada tendría que ver con la que habían llevado hasta aquel momento en Nueva York.
Un año eso es lo que ambos habían dicho cuando decidieron viajar a Francia, un primer año que dio lugar a un segundo, ese a un tercero, y luego llegaron un cuarto y un quinto y cuando ambos se quisieron dar cuenta llevaban diez años viviendo en Paris.
Alexis se había convertido en una preciosa joven de dieciséis años, totalmente adaptada a su nuevo país tanto que cuando hablaba inglés tenía un marcado acento francés, mientras en Richard no quedaba nada de aquel bombero que salió huyendo de su ciudad y de su antigua vida por el dolor que allí sentía.
Alexis abría la puerta de su casa, saludaba al ama de llaves con una sonrisa y corría hacia el despacho de su padre – Lo tengo – agitaba el periódico haciendo que Castle sonriese – Papá las críticas son las mejores que has tenido hasta ahora – Decía mientras se sentaba en las rodillas de su padre.
Richard Castle había seguido con su terapia de escritura, aquello actividad que su terapeuta le había puesto para sacar todos sus miedos se había convertido en su forma de ganarse la vida. Hacía ocho años que había salido al mercado su primera novela, y desde esa fecha cada año publicaba una nueva. Novelas policiacas, que le habían llevado a lo más alto de las listas de ventas, pero hasta la fecha siempre se había negado a publicar en USA porque de hacerlo tendría que ir hasta allí y hacer una gira de presentación y aquello nunca le apetecía.
Alexis se sentía tremendamente orgullosa de lo que su padre había logrado, nadie mejor que ella sabía lo que había detrás de la escritura de su padre, recordaba cada lágrima vertida por él, cada vaso vaciado sin beber el contenido, cada cana en el castaño claro pelo de su padre. Por eso era ella siempre la encargada de comprar el periódico y leer las críticas que se habían hecho tras el lanzamiento de la nueva novela de su padre. Pero ella quería más, quería que de una vez por todas dejara el pasado tras de sí, y para ello debía lograr convencer a su padre de que había llegado la hora de lanzar las novelas en Estados Unidos.
Castle miró a su hija alzando una ceja - ¿Qué pasa por esa cabeza? – Le preguntó acariciando la pelirroja melena de Lex – Papá es la hora – Castle miró a su hija sin entender o tal vez sin querer entender – Dijimos un año, y llevamos en París diez, es hora de regresar a casa, es hora de que nuestro país sepa el increíble escritor que eres – Castle apretó la mandíbula – Es hora de que tus novelas se lancen en Estados Unidos y es hora de regresar a casa – Dijo Alexis con seguridad.
Rick invitó a su hija a levantarse de sus piernas y cuando ella lo hizo Castle se puso también en pie y comenzó a caminar por el cuarto – Cariño, lo hemos hablado muchas veces, estamos mejor aquí. No quiero regresar, Francia y Europa nos ha dado todo no creo que Nueva York nos dé nada mejor. No me hacen falta las ventas allí.
Alexis se acercó a su padre abrazándole por la espalda – Papá, nunca estarás curado del todo mientras no te enfrentes a tu mayor miedo y ese no es otro que regresar a casa – Lex sabía muy bien que había tras la negativa de su padre a publicar en Estados Unidos – Mamá se fue, nunca regresará, y con mamá se fue lo que éramos entonces, pero es hora de enseñar a aquel país lo que somos ahora. Papá, regresemos, afrentemos nuestros últimos miedos, mamá estaría orgullosa si logramos hacerlo.
Castle giró sobre sí mismo y se quedó mirando fijamente a su hija - ¿Cuándo te has convertido en una mujer tan sabia? – Ambos se fundieron nuevamente en un gran abrazo – Afrontemos los miedos, pero si es más de lo que podemos soportar regresaremos aquí – Castle sabía que de los dos sólo él tenía miedo a regresar a Nueva York.
Tanto la editora como la publicista de Castle se frotaron las manos cuando éste les comunicó su decisión de publicar en su país nativo, no tanto cuando les dijo que la publicación significaba también el regreso a casa.
Cuando todo estuvo listo, los Castle pusieron rumbo a casa, el abogado de Rick había comprado un loft para el escritor en una de las mejores zonas de Nueva York. Castle y Alexis habían escogido con cuidado el colegio al que ella acudiría, y las novelas de Castle estaban a punto de salir a la venta. Castle había escogido una fecha clave para su lanzamiento, el 11 de Septiembre, quería que fuesen un tributo a Mer, su difunta esposa.
Alexis y Rick se tomaron de la mano justo antes de atravesar la puerta de salida del aeropuerto JFK - ¿Preparados? – Dijeron a la vez, asintiendo al tiempo que tomaban aire – Comámonos esta ciudad y este país – Dijo Alexis con su marcado acento parisino haciendo que su padre sonriese.
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Era se una vez
Fiksi PenggemarAU, lo aviso desde el principio. La historia comienza el día en el que una joven policia Kate Beckett conoce a un teniente del cuerpo de bomberos Rick Castle. No se conocieron en el mejor momento. Veremos hacia dónde nos lleva la historia. El resume...