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Horas antes

Observó cómo el sol poco a poco se escondía detrás de los lejanos montes, sus luminosos rayos reflectando contra el vidrio de la ventana, e iluminando el rostro de quién, sentado, se mantenía impasible esperando por respuestas.

Bakugou miró a Kirishima con impaciencia.

El pelirrojo se hizo el desentendido.

— ¿Y bien? —Preguntó el rubio cortando el silencio.

— ¿Y bien qué? —Respondió Kirishima con inocencia enseñando sus puntiagudos dientes.

Hoy debía ser el mejor mentiroso de todos.

Bakugou apretó sus mandíbulas con enojo.

— ¡No te hagas el estúpido pelos de mierda! ¡Dime que mierda hacías con los imbéciles de la otra clase! —Espetó. De pronto, el rostro alegre de Kirishima se esfumó, y la oscuridad tiñó sus ojos momentáneamente.

«Es mi amigo... Debería decir algo, debería al menos... Despedirme. Unas últimas palabras varoniles ».

Kirishima abrió la boca para hablar.

—Bakugou, yo… —Comenzó a decir, pero entonces el sonido de un celular se hizo presente, haciendo que la atención de ambos se desviara al artefacto. Resultó ser el celular de Bakugou — ¿No vas a contestar? —Preguntó con una ceja alzada.

—No —respondió zanjante —. Ahora dime.

El pelirrojo pudo vislumbrar un brillo de atención en los ojos de su amigo, un tierno gesto que hizo calentar su corazón, pero que envió a su estómago las ganas de vomitar.

La culpa lo estaba comiendo vivo.

Entonces Kirishima deslizó una sonrisa por su rostro.

—Oww —masculló meloso —, ¿Mi Bro está preocupado por mí?

Una vena palpitó en la sien de Bakugou.

— ¡¿Qué mierdas estás diciendo, estúpido?! —Bramó tomando de las solapas a Kirishima, acercándolo a su rostro lo más que pudo, intentando intimidarlo aunque fuera un poco —. ¿¡Te crees muy gracioso, pedazo de idiota?!

El pelirrojo soltó sonoras carcajadas, que para él sonaron forzosas.

—Bro, Bro, ya sueltame —carcajeó haciendo amago al engaño —, sólo bromeaba. No te lo tomes todo tan en serio, ni siquiera mis asuntos.

Ésto último lo había susurrado más para si mismo, sin embargo fue escuchado. Bakugou liberó al pelirrojo de su agarre.

— ¿Ah?

—Nada, nada. Por cierto —dijo de pronto, para desviar la conversación —, ¿no tenías una llamada que atender? Puede ser importante —agregó, mientras observaba con detenimiento el mostrador con comida —. Tu atiende tu celular mientras pido algo de comer —. Avisó, y sin más se puso de pie hasta llegar en rápidas zancadas a la dependienta del día.

« ¿Realmente está bien que esté contigo? ¿Tengo ese derecho después de todo lo que he provocado? »

Con pasos arrastrados se acercó al mostrador, y observó detenidamente a Bakugou desde la distancia. Los rayos del sol caían sobre su rubio cabello, dándole un aura luminosa y poderosa. Ofreciéndole un aura densa pero en armonía. Justo como cuando un felino descansaba luego de comer su presa.

Kill me, Burn me, Slowly [BnHa-Todobaku/Bakutodo] [PlusUltra19]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora