CAPÍTULO 8

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V e s t i g i o s   d e   u n   f l a m a n te
c o r a z ó n   r o t o

Bakugou gruñó por lo bajo. Realmente iba a matar cuando viera a Kirishi…

—Pelos de mierda… —Susurró sorprendido apenas cruzó por la puerta del comedor.

Kirishima se encontraba de pie sosteniendo una bandeja en sus manos, con la mirada vidriosa, observando como a lo lejos Kaminari coqueteaba con Jirou. Le susurraba palabras en su oído con una sonrisa galante y ella aunque intentaba esquivarlo se sonrojaba a más no poder.

Bakugou pudo ver como el brillo en los ojos del pelirrojo se apagaba lentamente. Entonces una punzada de culpa cruzó su pecho. Mientras él estaba discutiendo con el bastardo Mitad y Mitad, Kirishima se encontraba solo afrontando sentimientos y emociones desbordantes, como todo un hombre.

—Que varonil —opinó Bakugou a su lado sin dejar de mirar aquella escena.

— ¿Eh? ¿Quién? —Preguntó desorientado. ¿En qué momento había llegado? — ¿Kaminari?

Bakugou bufó con impaciencia para luego propinarle un golpe indoloro en su cabeza.

—No idiota, tú.

—Oh…

Silencio.

— ¿Y bien? —Preguntó el rubio perdiendo la paciencia.

— ¿Y bien qué? —Replicó confundido, dedicándole una mirada a Bakugou, para luego seguir observando a la parejita.

— ¡Qué hasta cuándo seguirás mirándolos, mierda! —Espetó alzando la voz, pero no lo suficiente como para que el chico eléctrico le oyera —. Supongo que irás a patearle el culo a esa perra y mearás al pikachu hasta hacerle entender a todos que es tuyo.

— ¡¿Qué?! —A Kiroshima casi se le resbala la bandeja de las manos de la fuerte impresión que se llevó —. ¿Estás loco?

Bakugou volteó los ojos con impaciencia.

—No puedo creer que haré esto —murmuró entre dientes con el ceño fruncido.

— ¡¿B-Bakugou?! —Exclamó asustado, pero ya era tarde. El rubio ya lo había abandonado.

Tomó la primera malteda que vio, avanzó hasta la mesa donde se encontraba la perra de las tetas grandes junto con la rara de piel rosa, y la volteó sobre la pelinegra.

— ¡Ah!

— ¡Momo! —Chilló Ashido que se encontraba a su lado.

Rápidamente se puso de pie para ayudarla, extendiéndole unas servilletas.

— ¿Bakugou-San? —La pelinegra le reconoció luego de haberse limpiado el líquido de los ojos.

Éste le dio la espalda sin darle alguna explicación. Simplemente regresó junto a Kirishima.

— ¡¿Estás loco?! —le reprendió el pelirrojo —. ¿Por qué hiciste eso?

—Cállate y observa, imbécil.

Ambos jóvenes fueron testigos de como Jirou observó con preocupación a Momo, luego se los semejantes gritos que soltaba la pelirosa. Rápidamente le cortó a Kaminari con una mirada fulminante dejándolo solo en la mesa, y tomando asiento junto a las chicas. Tomó las manos de la pelinegra y gesticuló frases con los labios, en un intento de consolarla.

Kill me, Burn me, Slowly [BnHa-Todobaku/Bakutodo] [PlusUltra19]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora