Kill me, Burn me, Slowly [BnHa-Todobaku/Bakutodo] [PlusUltra19]

CAPÍTULO 13

Antes de que comiencen a leer, es necesario ir al capítulo 12 y releerlo, pues el final del mismo ha sido editado y cambiado.

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K i r i s h i m a,
¡F e l i z   C u m p l e a ñ o s!

Sus pisadas resonaban fuerte contra el asfalto. Bakugou se encontraba en un gran dilema existencial, una gran duda que carcomía su cerebro y no le dejaba espacio para más. Pateó una inocente piedra que se había topado en el camino y refunfuñó molesto con sus manos dentro de los bolsillos del pantalón, intentando recordar en qué momento el pelirrojo se volvió alguien fundamental en su vida. Es que aquello no tenía pies ni cabeza. El siempre formidable Katsuki alias chico bomba, el que siempre lograba ponerse de pie en una batalla, el que alzaba la cabeza para ver sin temor a sus enemigos; aquél inteligente, orgulloso, valiente, temerario y rebelde chico de ideas claras y brillantes rayando en lo explosivo, se encontraba en una encrucijada.

¿Dónde demonios estaba Kirishima?

¡Era el colmo!

Su destino era claro: Convertirse en el mejor héroe, hasta superar al mismísimo All Might. Bakugou no necesitaba distracciones ni tonterías sentimentales. Aquellas estupideces sólo entorpecían el brillante futuro que con rapidez se aproximaba...

¡Pero era inevitable sentir preocupación por ese idiota!

Sabía lo estúpidamente sensible que era con esas cosas. El recordar las fechas especiales y momentos únicos era importante para Kirishima y, ¿Quién era él para negárselo? Después de todo se trataba de su amigo.

— ¡Estúpido Pelos de Mierda! —Gritó en medio del jardín escolar, importándole muy poco quién lo oyera.

Y vaya que costó decirlo. Incorporar a alguien en su reducida –por no decir nula –, lista de personas que le interesaban era de por sí un logro suicida y peligroso, el portador del quirk de endurecimiento vaya que lo sabía, tratar con Bakugou Katsuki no había sido tarea sencilla.

¿Y todo para qué?

¡Si en su mismo día de cumpleaños desaparecía!

Más molesto que otra cosa, Bakugou recordó las palabras de Todoroki. ¿Qué se traía es bastardo entre manos? Ah, ese era otro tema. Lo que había visto en el baño lo dejó realmente impactado. ¿Cómo es que un héroe podía cometer semejantes actos? Y que el maldito Mitad y Mitad lo aceptara con tanta sumisión le enervaba todavía más. ¡Todoroki no era ningún debilucho! Se lo había demostrado en más de una ocasión, él mismo había sido acorralado por el semi albino y fue preso de la intensidad y el peligro.

Aunque esto jamás lo admitiría. Ni en sueños. Y si pudiera, se golpearía hasta borrar sus memorias.

— ¡B-Bakugou! —Llamaron a sus espaldas. El mencionado bufó con pereza y volteó con molestia.

Uraraka se apoyó con las palmas sobre sus rodillas tratando de recuperar el aire perdido. Bakugou le observó con sorpresa.

— ¿Qué quieres maldita extra? —Escupió tratando de ocultar la ligera curiosidad que había sido despertada por la castaña.

Uraraka frunció el ceño ante el apodo, pero decidió ignorarlo. Era lo mejor.

— ¿Sabes dónde está Kirishima-kun? —Bakugou se quiso patear ante la ironía —. Todoroki-kun me encomendó que lo distraiga y no le deje ingresar a los dormitorios hasta que él me llame, pero ya le pregunté a Deku-kun y me dijo que quizás estaría con los chicos de la clase 1-B, ¡pero yo no puedo ir! —Uraraka se lanzó hacia el rubio y apoyó sus palmas sobre los hombros ajenos — ¡Ayudame Bakugou! ¡Necesito conseguir permiso para comprar globos y velas! ¡Y a Momo no la encuentro por ningún sitio! ¡Por favor, distrae a Kirishima por mi!