Escape

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Hanzo se levantó alarmado, yo hice lo que el, tenía miedo de lo que el guardia iba a decir, no quería que lo dijera, no ahora.

-Es Talon.

Mi corazón se rompió, esos bastardos sabían donde me encontraba, lo cual ya era un problema, sabían que estaba con Hanzo, y temía que le hicieran daño.

-Debemos marcharnos, rápido, preparen todo, y traigan a Genji.

-¡Si señor!

Todos en el clan siguieron las ordenes, en pocos minutos ya estaba todo listo dentro de uno de los transportes subterráneos, solo faltaba que Genji llegará.

-¿Que sucede? - Preguntó Genji, se notaba que venía corriendo.

-Tenemos que irnos ahora, Talon viene hacia acá.

Los tres se dirigieron al transporte, ingresaron y Hanzo dejó una ultima orden.

-Si esos idiotas llegan a cruzar la puerta, usen todo lo que tengamos, incluso las armas más peligrosas.

-A la orden.

Después de ello se pusieron en marcha.

-¿Teníamos que ir por el subterráneo? - Preguntó Genji.

-Si íbamos por vía aérea sería más fácil para ellos localizarnos.

Estuve callado un buen rato, la cápsula en la que íbamos incluso poseía ventanas.

-¿A donde vamos exactamente? - Pregunté, curioso.

-Hacia el único lugar en donde Talon no tiene bases, Corea del sur, es un país muy peligroso, tiene avances en tecnología que ni los Shimadas ni Talon tienen, es un lugar seguro - Me respondió el arquero.

-¿No a caso será igual de peligroso?

-Tengo de aliada a la capitana de todo el ejercito Coreano.

-¿Quien?

Hanzo extendió en su mano el pequeño cristal que reflejaba la información de una mujer joven, su nombre era Hana, pero preferían llamarle D.va.

-Interesante ¿Como alguien de su edad pudo conseguir tal mando? - Tenía apenas 20 años, estaba asombrado.

-Ni yo lo sé, cuando la conocí apenas y era una niña que se la pasaba todo el día jugando en su consola, jamás creí que se dedicaría a la guerra.

-Es lo único que queda en estas épocas.

Estuvimos casi 6 horas viajando bajo tierra, estaba un poco aburrido a decir verdad, pues no tenía sueño para dormir y perder el tiempo, además Hanzo se durmió sobre mi pecho y Genji sobre mi hombro lo cual me sofocaba un poco, pero no podía reclamarles nada.

Miraba la ventana cuando el paisaje cambió, ya no era tierra, era agua, mis ojos se deleitaron por lo hermoso que lucía, los peces nadaban con fluidez en lo azul del agua, los rayos del sol se volvían débiles al estar tan abajo, pero le daban un toque hermoso, parecía que todo brillaba.

Los corales, las medusas, las algas, podía apreciarlo todo sin mojarme ni un poco.

-¿McCree..?

Hanzo estaba despertando, bostezó y me sonrió.

-¿Dormiste bien? - Le acaricie el pelo, el solo se sonrojó.

-Si... ¿Que miras?

Volteo a la misma ventana que yo, sus ojos al igual que los mios brillaron por presenciar tal paisaje.

-Mis padres construyeron todo esto hace años, pero nunca lo había visto...

Ambos nos quedamos mirando las afueras de la cápsula, Hanzo se recargo sobre mi hombro. Momentos así era los que quería crear a su lado, recuerdos que pos mas sencillos que parecieran, se volvían un paraíso estando junto a el.

Cuando esa persona al lado tuyo, mejora cualquier situación, por mas mala que sea, con solo su presencia, sabes que es la indicada.

Y eso es justo lo que hacia Hanzo, sabia que estábamos en peligro, y si, el miedo seguía en mi, pero el solo tenerlo a mi lado, me hacia querer ser fuerte, tenia que protegerlo.

Genji se despertó al poco tiempo y aprecio del paisaje con nosotros, ahora ellos eran mi familia, y no iba a permitir que Talon me la arrebatara, esta vez no.

Fue un largo viaje, estoy seguro que pasamos mas de un día entero ahí, por suerte había comida, y algunas cosas para entretenernos, como una baraja de cartas, la cual usamos para jugar Blackjack. Después ambos hermanos se molestaron conmigo, pues les gane en cada uno de los juegos.

Me encontraba dormido, cuando sentí unas manos moviéndome con delicadeza.

-Llegamos... - Me dijo la voz de Hanzo con un tono dulce.

Abrí mis ojos y me puse lentamente de pie, al salir, me encontré con un túnel, y al final de este, unas escaleras metálicas. Caminamos hasta ellas y subimos, al final de ellas había una inmensa puerta de madera con detalles bastante finos, se veían tallados a mano. Al abrirlas, nos dimos paso a un hermoso pasillo echo completamente de Jade, había guardias cubriendo la puerta, y no tardaron mucho en preguntarnos nuestras identidades.

-Hanzo Shimada.

-Muéstrenos el tatuaje.

Hanzo, levanto la manga de su brazo izquierdo, dejando ver el tatuaje de un dragón azul enrollando su brazo, los guardias asintieron y prosiguieron con Genji.

-Genji... - Suspiro -Genji Shimada.

Se quito la chaqueta y la camisa que poseía, su espalda estaba llena de quemadas y cortadas, lo cual hizo sentir mal a Hanzo, pero de entre todas las heridas, se podía ver un tatuaje como el de su hermano, un dragón verde rodeando su torso, los guardias lo dejaron pasar y ahora seguía yo ¿Exactamente que les diría?

-Jesse McCree...

Me miraron extrañados.

-El revolver.

Me sorprendí ante su petición, pero obedecí, desenfunde mi revolver y después de analizarlo a detalle, me lo devolvieron y me dejaron pasar, cuando cruzamos las puertas de Jade, me atreví a preguntar.

-¿Como es que sabían sobre mi revolver?

-Eres algo famoso por aquí, toda Asia te conoce, digamos que eres su ídolo - Me respondió Genji sonriente.

-¿¡Yo!? - Casi se me caía el sombrero, ¿Como es que no lo sabia?

Caminamos sobre lo que parecía un palacio desolado, era hermoso, estaba construido en su totalidad por minerales preciosos.

Frente a la puerta al final del palacio, se encontraba una mujer de pelo largo y oscuro al igual que sus ojos, vestimenta tradicional y un arma en sus manos.

-Parece que has llegado, buenas Genji, hace mucho que no te veía, ¿Como estuvo tu viaje Hanzo? - Tenia una voz seria pero femenina.

-Bien, gracias por recibirnos Hana - Ambos se estrecharon las manos.

-Es un placer, tu familia siempre ayudo mucho a la mía, así que tenia que pagarles de alguna forma, no me malinterpretes, también lo hago por gusto.

Abrió las puertas con delicadeza, estas llevaban a una sala de reunión enorme y fina, me sentía fuera de lugar estando ahí.

-Disculpen por no presentarme, Hana Song, un gusto - Me extendió la mano.

-Jesse McCree... - Recibí su mano, aparentaba ser delicada, pero tenia fuerza y al mismo tiempo una gran suavidad.

-Tengo algo que contarles, sera mejor que vengan por aquí.


Nieve (McHanzo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora