Mi propia sangre recorría mi mentón y pecho, Moira había usado una de las flechas rotas de Hanzo para intentar apuñalarlo, sin embargo, yo jamás lo permitiría.
El pico de la flecha perforó por completo mi estomago, escuché como Hanzo estallaba en ira.
Tomé mi revolver, y antes de perder toda fuerza, disparé. La bala se dirigío a Moira, y dió un tiro certero en su cabeza.
Cayó, caminé hasta ella, y pise la máquina que cargaba sobre su espalda, la sonrisa en su rostro se desvaneció, mientras un charco carmesí se extendía por debajo de su cuerpo sin vida.
Yo caí al suelo, Hanzo corrío hasta mi, y me sostuvo con fuerza, sentía su desespereración.
-¿¡Porque lo hiciste!? ¿¡Porque!?
-J-juré... Q-que te protegería...
Levanté temblorosa mi mano hasta su mejilla, sentí sus lágrimas recorrer mis dedos, no soportaba esa sensación.
-No tenías que hacerlo... Era mi turno de protegerte...
-J-jamás permitiría q-que te l-lastimaran...
Una lágrima cayó sobre mi mejilla, en lo borroso de mi vista pude ver sus ojos, mirandome con dolor. Acerqué su rostro hasta el mio, por encima de el escuché varias naves aterrizar, y a su tiempo, besé sus labios por ultima vez antes de desmayarme.
Podía escuchar todo lo que pasaba, pero no podía moverme, hablar o sentir.
Por lo que escuché, las naves eran aliadas, Hana y Genji estaban inconscientes, pero no poseían heridas graves.
Escuché como me atendían desde la nave con los recursos que tenían.
-¡Ayudenlo! ¡Por favor! -escuché decir a Hanzo.
Yo sabía que iba a estar bien, pero no podía decirselo, era frustrante.
Sientes la necesidad de hablar, de ver lo que está pasando, y no puedes, me hacia sentir como un completo incompetente.
Todo se empezó a calmar, y en ese momento, el ambiente se cubrío en un silencio abrumador.
Ante mi, había diferentes imagenes que se mantenían estáticas. Al analizarlas mejor, descubrí que cada una pertenecía a diferentes épocas de mi vida, desde que nací, hasta este preciso momento.
La mayoría eran cubiertas por gotas de sangre, trágicas, llenas de dolor, tal y como yo recordaba mi pasado. Desde la muerte de toda mi familia, hasta la masacre de Overwatch, toda mi vida, todos los que ame, estaban muertos.
Jamás me puse a pensar en ello, hasta que todo se reveló ante mis ojos. Y de entre todas esas ilustraciones apagadas por el sufrimiento guardado en las mismas, había una, solo una, que brillaba, la primera vez que besé a Hanzo.
Nuestros cuerpos se mantenían estáticos, sin embargo podía apreciar como la nieve caía sobre nosotros, sin duda un paisaje hermoso. Dusfruté el ver la imagen, hasta que me dí cuenta de algo.
Esa era la única imagen que se mostraba en tercera persona, en todas las demás, la imagen era tomada desde mi prespectiva.
-Alguien... Nos estaba observando... - Dije, mirando mi alrededor.
Todas las imagenes comenzaban a fragmentarse, se rempían. Este proceso venía acompañado de una risa en lo profundo de la habitación, haciendo eco.
-Eres muy listo, pero me temo que es demaciado tarde...
-¡Moira!
Sabía que era ella, su voz jamás saldría de mi cabeza.
Ella estaba muerta, estoy seguro de ello, después de todo yo la mate. Había alguien además de ella, no era de Talon, ni de el clan Shimada, mucho menos de Null Cector ¿Quien demonios es?
-¡McCree! ¡Despierta!
Abrí de a poco mis ojos, Hana estaba al lado mio.
-Mi cabeza... - Voltee hacia abajo, mi abdomen estaba completamente vendado.
-Al fin despertaste, el no durmió en toda la noche por cuidarte - Puso su mirada en mi otro extremo, ahí estaba Hanzo, durmiendo sobre la orilla de la cama.
-Debe sentirse culpable... No sé como hacerle entender lo contrario.
-El amor nos vuelve tercos ¿No crees? - Sonrió.
-Supongo que si... ¿Donde esta Genji?
-Sigue dormido, recibió un golpe muy fuerte... - Bajó la mirada - Por protegerme...
En cuanto escuché lo que decía, recordé lo que el dijo antes de partir a la misión.
-Yo podía cubrirme... - Pude notar como su voz se cortaba, pero no salía ninguna lágrima de sus ojos.
-Lo mismo piensa el, pero todo lo hacemos por amor, y no nos arrepentimos de nada, así que no debes preocuparte... -Puse mi mano en su cabello, acariciandolo lentamente.
Hubo un silencio incomodo, sin embargo me ví obligado a romperlo.
-Necesito tu ayuda, y necesitamos volver a la base estadounidense para ello.
-¿A que te refieres? - Me respondió.
-Hay alguien que nos está siguiendo.
-Es imposible, todas las organizaciones- Interrumpí.
-No pertenece a ninguna, es alguien independiente, la única pista que tengo es que trabajaba con Moira, pero no llegó a formar parte de Null Cector.
-Tiene sentido, de esa forma nadie se daría cuenta.
-Hasta ahora, Moira quería que yo supiera de la existencia de su ayudante por medio de su experimento.
-¿Porqué?
-No lo sé...
Nuevamente, silencio, Hanzo no tardó mucho en despertarse, y al instante me miró sonriendo.
-¿Dormiste bien? - Extendí mis brazos hacia el, y me correspondió abrazandome.
-Bueno, los dejaré solos, McCree... Investigaré lo que me dijiste - Caminó hasta la puerta y salió.
Hanzo no dejo de abrazarme, pero tampoco dijo nada, solo sumió su cabeza en mi pecho y con sus manos se aferró a mi torso, como de costumbre.
-Cumplí mi promesa, estoy más que satisfecho.
Agaché mi rostro, y levanté un poco el suyo para besar su frente.
-Era mi turno... - Me respondió sonrojado.
-Me temo que no...
Las delicados y finos cabellos negros de Hanzo pasaban cual seda entre mis dedos. Y no podía parar de pensar en que diariamente el lograba enamorarme más y más.
Sus acciones reflejaban la persona que guardaba dentro de sí, el hombre del que perdidamente me enamoré. Su preocupación me mostraba lo mucho que yo le importaba, y sin necesidad de palabras llegué a comprenderlo.
Sin embargo, el sentimiento de intriga no se desvanecia por más que intentara apartarlo, alguien nos estaba siguiendo desde el principio.
Y podría apostar, que incluso ahora mismo, seguía detrás de nosotros.
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Nieve (McHanzo)
FanfictionLa sangre se mezclaba lentamente con la nieve en el suelo, mientras el humo de mi tabaco cubría el cielo y tus brazos rodeaban mi cuerpo con dulzura y amargura.