El hombre, alto, musculoso y de rasgos exóticos, hablaba con voz fuerte aunque calmada; se mostraba seguro en cada palabra que decía. La mayoría de las chicas cuchichearon entre ellas mientras el hombre hablaba. Rondaba los treinta años, sin embargo su aspecto era el de uno de veinte años.
-Muchos aquí me conocen como el profesor McGraw, pero yo prefiero que me llaméis Tobías. Eso de llamarme por mi apellido me hace sentir viejo… y no me gusta –dijo Tobías y consiguió hacer que gran parte de los novatos sonriese, entre ellos Heather-. Vuestra última prueba antes de entrar en Dragonwings la tenéis aquí delante.
Se apartó unos pasos y dejó que todos viesen bien al dragón. Heather seguía cautivada por su belleza, era un animal increíble.
-Él será quien me diga todo lo que necesito saber sobre vosotros, incluido si sois aptos para Dragonwings o no –explico dándole un par de palmadas en el lomo-. Su nombre es Athkor, por cierto. Es bastante estricto y tiene mal carácter así que pasar no será tan fácil como pensáis.
-Sritch… -gruñó Alex en voz baja.
-¿Qué pasa? –preguntó Heather preocupada.
-Bueno… digamos que no le caigo especialmente bien –confesó sin apartar la vista del dragón rojo.
-¿Lo conoces?
-Es una larga historia.
-McGraw –dijo una voz tan profunda que parecía venir de bajo tierra; era Athkor quien hablaba.
-Que no me llames McGraw… -murmuró Tobías apretando los dientes.
-Tráeme al hijo del director, llevo tiempo queriendo echarle la garra.
Heather miró a todos los magos en busca del hijo del director. No tenía ni idea de que el señor Merlín Mahjor tuviese un hijo, y mucho menos que fuese de su edad. Seguro que sería un chico fuerte, decidido y de carácter serio, como era de esperar del hijo del director de la escuela de magia. Heather nunca había llegado a conocer personalmente al señor Mahjor, pero había leído muchos relatos acerca de su poder y las grandes hazañas que había llevado a cabo para salvar Eireen de BlackBreath, uno de los tres gremios oscuros más poderosos. Se decía que el señor Mahjor era uno de los mejores magos de Eireen y en sus buenos tiempos había sido capaz de tener entre sus manos los diez libros prohibidos.
El hijo del director avanzó hasta el dragón y Heather estuvo a punto de atragantarse cuando vio quien era.
-¿¡Alex!?
El chico se dio la vuelta rascándose la nuca y sonrió inocentemente.
-Sí, se me olvidó decírtelo, ¿verdad?
Heather sintió la tentación de ir hasta él y darle un golpe en la cabeza, ¿cómo se le había podido pasar un “detalle” como aquel? Entonces comprendió de que conocía al dragón; seguro que habría pasado mucho tiempo en el gremio. Y ella que esperaba que el hijo del director fuese alguien serio…
Athkor emitió un sonido parecido a una risa e hizo que la tierra temblase.
-Desde luego tú siempre luciéndote Alex… anda ven aquí y enséñales cómo se hace –ordenó el dragón y Alex se acercó a él a regañadientes.
La maga aún estaba desconcertada al saber que había estado todo el rato junto al hijo del director. Ese chico que había conocido en un lúgubre callejón era hijo de uno de los magos más poderosos de Eireen. “Desde luego mi suerte no es normal” pensó con una nota de sarcasmo, aunque en el fondo se alegraba ya que, si hubiese sido cualquier otra persona, tal vez no hubiese recibido nunca la invitación para entrar en Dragonwings. Todo se lo debía a Alex.
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Dragonwings
FantasyImagina por un momento un mundo donde todo es posible, un lugar en el que la magia es el motor y sus habitantes conviven pacíficamente junto a ella: el reino de Eireen. Años después de la Caída de Aster el Tirano, los diferentes gremios de magos se...