1. La Elección

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Bajó torpemente por el hueco de una escalera y chocó contra el suelo del fondo. Jadeando, corrió por la oscura callejuela de la parte más escondida de Deretheon, una de las ciudades más importantes de Eireen.

Llevaba una camiseta gris holgada, vaqueros cortos y su mochila al hombro. Su largo cabello rojo ondeaba con el viento y sus ojos azules brillaban en la oscuridad de las calles. Heather Storm era una chica delgada, sin embargo se pasaba el día corriendo y sus músculos eran fuertes. A pesar de tener tan solo quince años conocía a la perfección las calles de Deretheon y las formas de esconderse en ellas.

Llegó hasta el final de la calle y se golpeó en la cara con una puerta metálica. Antes no estaba allí, no le cabía ninguna duda. Se dio la vuelta y vio a sus perseguidores tras ella; estaban a tan solo un par de metros. Retrocedió preparada para actuar y se chocó contra el metal de la puerta.

Los dos hombres avanzaron con una sonrisa orgullosa hasta ella y el más alto alzó una mano. Heather empezó a flotar en el aire y se revolvió furiosa. Magia gravitatoria. El hombre bajó la mano y la chica cayó al suelo con un gran alarido. Había caído y se había golpeado en el hombro con fuerza. Se levantó maldiciendo al hombre y se sujetó el hombro herido. El hombre que la había alzado por los aires dio un paso hasta que la chica pudo escuchar su respiración agitada.

-Danos el libro -ordenó el hombre y extendió la mano hacia Heather.

La chica le cogió del brazo y le hizo una llave que derribó al hombre. El otro, el más joven y menudo, reaccionó y extendió las palmas de sus manos hacia afuera. Heather conocía aquella clase de magia. El hombre lanzó una descarga de energía hacia la chica, pero afortunadamente la agilidad de Heather hizo que la esquivase. Si aquella ola de energía mágica le rozaba quedaría paralizada; Heather odiaba esa magia. 

Heather guardó el libro por el que la perseguían en la mochila y se preparó para librarse del hombre restante. Sin embargo antes de que pudiese reaccionar, el hombre sacó un Bolígrafo Celestial, un objeto con aspecto de bolígrafo que podía anular la gravedad en una zona determinada. Era muy limitado, pero si el hombre lo usaba en un espacio tan reducido Heather no podría escapar. La chica maldijo en voz baja mientras se elevaba por los aires.

El hombre se acercó flotando hasta Heather y le propinó un puñetazo en la cara. La chica gimió por el dolor y el hombre la cogió del cuello. Heather agitó las piernas nerviosa. Podía escapar de allí, sabía cómo, pero si lo hacía consumiría demasiada energía. Aún no había aprendido a controlar su magia y la energía se esfumaba con demasiada facilidad.

En ese momento una llamarada de fuego envolvió a Heather y el hombre y la chica cayeron al suelo. Antes de caer se puso de lado y se protegió el hombro herido. Desde el suelo vio una sombra alta y esbelta acercarse a ella. Un aura de fuego le rodeaba y la cantidad de energía mágica que emitía inundaba la zona. Heather se incorporó adolorida y vio a la persona que la había ayudado a librarse de sus perseguidores.

Era un chico de más o menos la misma edad que Heather. Su rostro mostraba sus rasgos fuertes aunque dulces, aquel contraste llamó la atención de la chica. Sus ojos marrones eran profundos y reflejaban seguridad en sí mismo. Era alto, por lo menos diez centímetros más que Heather, y esbelto. Vestía de negro, desde su camiseta hasta sus pantalones vaqueros. La chica vio en la manga de su camiseta el logo de uno de los gremios de magos, sin embargo estaba de lado y no consiguió descifrar de cual provenía.

El chico le dio la mano a Heather para ayudarla a levantarse y la chica la aceptó dudosa.

-¿Estás bien? -preguntó el misterioso joven y Heather asintió-. ¿Qué querían?

Heather titubeó unos segundos.

-Un libro -respondió con sequedad.

-¿Lo has robado? -preguntó aunque era más bien una afirmación-. Debes de ser muy temeraria para meterte con los hermanos Sanderson.

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