Agarré la botella de agua y la volqué en la cara de Percy, esperando que se despertara. Lo que me asustó es que el agua… entró en su piel. Es decir, ni bien lo tocó se evaporó, y… Percy despertó de golpe.
- ¿Qué…? – preguntó un poco confundido - ¿Qué pasó? ¿Y Circe?
- Ahí – dije, y señalé a la anciana que estaba inconsciente en el suelo.
- ¿La venciste? ¿Cómo? No entrenaste, no…
- Usé tu espada, y un palo que estaba por ahí. Está dormida, pero si no nos movemos rápido se va a despertar, y yo quiero ahorrarme ese sufrimiento así que, muévete.
- ¿Y Grover?
- Circe lo noqueó. Está acostado en la esquina.
- Está bien. ¿Tienes algo de comida? – me preguntó, mientras se paraba.
- No.
- Entonces a improvisar… Agarró la botella de agua, a la cual solo le quedaba un poco, y se la volcó en la cara de la misma manera en la que yo lo hice con él.
- ¡Comida! – musitó Grover. Y se levantó como si lo hubieran electrocutado. - ¿Qué pasó? – miró a su alrededor percatándose de la situación. Se cruzó de brazos como un niño pequeño – me perdí todo de nuevo, ¿no?
- Si, vamos amigo – dijo Percy mientras lo levantaba
- ¿Por qué siempre me noquean? – se giró en mi dirección y me miró. Abrió los ojos como platos, como dándose cuenta recién de mi presencia - ¿Quién es ella?
- Soy Vita. La que te acaba de salvar el pellejo. Y la que se va porque esta situación me está dando miedo. Nos vemos… no la verdad, espero que no nos veamos más – dije dándome vuelta y encaminándome hacia la puerta. Pero Percy me agarró del brazo.
- Tenemos que explicarte muchas cosas. No te vayas, por favor. Pero antes necesitamos enviarle un mensaje Iris a Annabeth para avisarle.
- No, no me quedo. En serio, es demasiada locura por hoy. Déjenme descansar, y en algún momento dentro de setenta años y el día en que me muera tal vez llegue a considerar llamarlos. – me zafé de su agarre e intenté abrir la puerta. Cierto, Ellie la había trabado antes de salir. Fui hacia ella saqué la llave de su bolsillo abrí la puerta, y antes de que alguien diga algo más me fui corriendo. Pero, NUEVAMENTE, Percy me agarró del brazo.
- ¿Pero qué te pasa? ¿No entendés que quiero irme? – le grité. – ¡Ya me perdí la visita guiada por su culpa, casi me mata una anciana por su culpa, déjenme ir!
- ¡Tengo que explicarte muchas cosas! ¡Ay, Dioses! Esto es más fácil si ellos se quedan petrificados o aterrorizados, así al menos me creen a mí y no que están locos.
- Te lo diré una vez más y espero que te quede claro. DEJAME. IR. – el me miró a los ojos, y me soltó. Aproveché eso para salir corriendo, pero antes de que pudiera dar dos pasos, él estaba al lado mío.
- Está bien. Si no puedo llevarte conmigo, te acompañaré hasta que te convenzas de que todo lo que te digo es real.
- NO.
- Lamento decirte que te voy a seguir.
- ¿Sos un acosador? ¿Qué te pasa? En un minuto haces que casi me maten, y al siguiente me acompañas a mi casa. ANDATE.
- No me voy a ir, así que no gastes fuerzas en repetirlo.
- Sabes que voy a llamar a la policía, ¿no? Solo te aviso porque no me gustaría que pases el resto de tu vida en una cárcel.
- No te preocupes por eso. – dijo con una sonrisa. Ese tipo de sonrisa que te dice “Se algo que no sabes”
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Hola!!!!! Dejo un nuevo Capitulo, estoy publicandolos bien rápido para llegar a la parte jugosa de la historia... muajajajaja
Espero que les guste!!! Por favor comenten y voten!!!!!
- Agustina G. Ivanovich
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Dos Vidas - Los Peligros de ser semidiosa
ФэнтезиVita es una típica chica que vivía en Washington. Su vida era totalmente normal. Hasta que a su madre la ascienden en su trabajo y deben mudarse a Long Island. La única y verdadera habilidad de Vita, era pasar desapercibida, pero la llegada de un c...