4. Parte III

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Dentro de la enfermería el doctor atendía a Adele de manera organizada, la chica había llegado con pulso irregular y respiración forzada por lo que podía asumir que llevo más que un golpe en el área del pecho, quizás algunas costillas rotas, le colocó la mascarilla de oxígeno para hacerle más fácil el trabajo de respirar, por vía intravenosa le coloco analgésicos y antibióticos, aplico anestesia local en el rostro y comenzó a suturar las heridas aun sangrantes, siete puntos del lado derecho, cinco del lado izquierdo, tres en la mejilla izquierda.

El doctor se aseguró que no hubiera hemorragia interna o algún otro mal que ameritara tener que trasladarla a un hospital de inmediato, le llevo al área de radiografías, una de su cabeza y otra de su pecho, cuando las fotos estuvieron listas la miro detallando bien cada hueso, todo parecía estar en orden, solo una pequeña fisura en la frente del lado derecho, no era seria apenas había atravesado un poco el cráneo, su pecho, bien efectivamente le habían golpeado en el pecho, los huesos del tórax mostraban fisuras y señales de golpes aunque no era nada grave, la chica estaría bien, una semana o un poco menos de reposo le bastarían, tenía mucha suerte.

El doctor salió de la enfermería casi una hora después, todos le rodearon inmediatamente.

— ¿Cómo está Adele? —Le preguntó Adrien sintiendo en su pecho una gran presión—.

—La chica está bien, internamente no sufrió nada grave solo algunas figuras en los huesos del tórax y el cráneo, físicamente sólo fue cuestión de suturar sus heridas, estará bien, necesita reposo por una semana y dependiendo de su progreso quizás un poco menos —Respondió con una sonrisa—.

La mayoría de los presentes habían estado en zozobra hasta ahora, por lo que cuando la noticia fue dicha lo único que pudiera hacer era respirar aliviados y soltar risitas de alivio, Adrien se llevo las manos al pecho, sonrió abiertamente y respiró profundamente aliviado, el conocimiento era dulce, Nico rió a carcajadas descargando de esa manera toda la preocupación y nervios sentidos hasta ese momento, ahora sentía que podía estar más tranquilo.

—Bien hecho Prof. Carlone —Le felicitó el Doctor a Adrien, quien le ofreció su mano—.

—Gracias a usted también —Le agradeció Adrien sinceramente—.

— ¿Puedo entrar a verla? —Le preguntó Nico inquieto, Doctor negó con la cabeza—.

—Aun no —Le respondió suavemente—. Necesito que traigan ropa limpia para la Srta. Baker, de preferencia profesoras para limpiarle la sangre —Pidió el doctor mirando en dirección de Melinda—.

—Enseguida

Adrien no necesito mas, ya podía ir a bañarse y quitarse de encima su recordatorio de que debía vigilar mejor a Adele. Caminó hacia su habitación, se aseó, cambió su ropa y volvió para esperar ver a su protegida.

                                                                  ***

¡Maldición, que dolor! Grite en mi interior al comenzar a sentir poco a poco mi cuerpo, era como si un camión de basura me hubiera pasado varias veces por la cabeza, sentía la piel de mi rostro más tensa que lo usual. Mi pecho ardía cada vez que respiraba, el dolor se extendía desde el centro de mi pecho hacia los lados.

Los minutos pasaban lentamente escuchaba la actividad a mi alrededor como si lo estuviera escuchando desde el fondo de un pozo, todo era tan lejano e irreal ¿Qué demonios me había pasado? Bien, me habían secuestrado, eso estaba claro, me habían golpeado como a una piñata, eso estaba aun más claro y doloroso, pero la duda constaba del ¿Por qué lo habían hecho? ¿Por qué a mí? Yo no tenía enemigos en aquella institución, al menos no por algo que yo hubiera hecho a consciencia, mis días allí no había mirado mal a algún extraño, lo que es peor ¡No había socializado con más de cinco personas! Lo cual me traía de nuevo a la pregunta de ¿Por qué a mí?

Devotus [Versión Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora