Devotus [Versión Borrador]

3. Quien diría que el amor te vuelve idiota

Mi tutor retrocedió un poco sorprendido pero no me despegue de su boca. Me abrace a su cuello y le bese con necesidad, él me correspondió casi inmediatamente. Sentí sus manos en mis caderas con seguridad lo cual provoco que los nervios en esa área del cuerpo se hicieran muy sensibles.

Me aleje un poco para verle a los ojos, le sonreí encantada por todo lo que estaba pasando, sus ojos brillaban encantadoramente.

—Piensa irracionalmente solo por esta vez —Le susurre al oído—. No te hará daño

Mi tutor acaricio mi rostro y unió nuestros labios de nuevo, me abrace a él no queriendo despegarme de su boca nunca. No importaba si debíamos guardar el secreto de nuestro encuentro, no importaba si volvía a rechazarme, esta vez no me dolería en absoluto ya que sabía que sus sentimientos hacia mí no estaban lejos de lo que yo sentía por él.

Mi tutor pasó a besar mi mejilla y luego a mi cuello, mis nervios evitaban que pensara claramente aunque tampoco deseaba hacerlo. Él me alzó de manera que mis piernas rodeaban su cadera, lo miré a los ojos por un segundo y bese sus labios de nuevo esta vez con mucho más empeño.

Un momento después sentí como caminaba por lo cual me asuste y pare de besarlo.

—No te asustes —Susurró con una sonrisa pegando nuestras frentes—. Solo estoy caminando —Reí entre dientes por lo tonta que me sentía—.

—Lo supuse —Le susurre besándolo de nuevo—.

Sus pasos eran lentos quizás no queriendo asustarme de nuevo, no me importaba la verdad, solo quería besarlo y besarlo y besarlo hasta que se desgastaran mis labios.

En el momento que sentía que caía de espaldas solté un pequeño grito y me despegue de Adrien quien comenzó a reír a carcajadas cuando caí en la cama.

—Lo lamento —Me ruborice rápidamente, él acaricio mi mejilla y me miró de manera muy tierna—.

—Bastante asustadiza ¿No? —Preguntó mientras se acostaba sobre mí—.

—Un poco —Admití acariciando su perfecto rostro—.

Adrien me miro con amor, acarició mi rostro y mi cabello con mucha delicadeza y me beso de nuevo. Estaba teniendo mi merecida victoria por fin, viéndolo desde ese punto de vista mi dolor valió la pena.

—Te amo —Le dije mirándolo fijamente a los ojos, sonreí tímidamente—.

Espere su respuesta por unos segundos, la ansiedad apareció de nuevo ¿Por qué no respondía? ¿Por qué? Poco a poco me comencé a sentirme triste y desesperada. Un par de minutos luego Adrien no respondió, solo me miraba a los ojos sin ninguna expresión en su rostro. Pensaba que su rechazo no me dolería esta vez, pero la realidad fue que me dolió el doble.

Comencé a levantarme de la cama lentamente, él no hizo nada para evitar que lo hiciera, me senté en la cama.

—Entonces no dirás nada —Dije sin mirarlo—.

Las lágrimas comenzaron a amontonarse en mis ojos nuevamente, apreté mis manos evitando llorar, pero mi esfuerzo no fue suficiente. Agarró suavemente mi mano derecha, me levante de la cama.

— ¿Acaso es muy divertido jugar con mis sentimientos de esta manera? —Le pregunté intentando mirar a través de la espesa pared de lágrimas que había en mis ojos—.

—Yo…

—Solo te pido una cosa —Le interrumpí con voz rota—. No vuelvas a hacer esto, no me ilusiones de esta manera para luego tirarme contra el suelo, no es justo para mí —Le pedí molesta—.