6. Parte V

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De pronto Nico se detuvo casi saliendo de la enfermería, se volteó lentamente y caminó a pasos largos hacia mí, le miré confundida.

— ¿Qué sucede? —Le pregunté cuando estuvo a mi lado—.

—Lamento tanto llamarte cachorrito —Sus ojos eran tristes—. Sólo quería jugarme contigo, pero todo me salió mal, lo lamento mucho —Había tanta culpa en sus ojos que me senté inmediatamente en la camilla ignorando el dolor punzante de mi cabeza y de mi pecho—.

—No te disculpes —Agarré su rostro entre mis manos—. No debí reaccionar de esa manera, quien debería disculparse por eso soy yo —Le sonreí, él hizo lo mismo—.

—Tampoco te disculpes —Acarició mi rostro—.

— ¿Olvidado el hecho? —Le pregunté ofreciendole mi mano, él la miró por unos momentos antes de estrecharla—.

—Olvidado —Me sonrió dándome la imagen de un Nico realmente atractivo—.

—Vete a dormir —Le ordené suavemente—.

—Claro —Soltó una risita—. Descansa

Esta vez sí se fue, sí, no me gustaba el sentimiento de la soledad, nunca me había gustado pero al parecer ya era momento de afrontar aquello. Me acosté en la camilla, cubrí mi cuerpo con la fina sabana, cosa que no me protegió del frío, cerré los ojos y me dejé dormir.

Aquel sueño fue bastante vago, en el estaban los rostros de Marlon, de Nico y de Adrien, cada uno tenía diferentes expresiones en sus rostros, todas tan intrigantes que a decir verdad me permití deleitar.

La voz de un hombre de despertó, era el doctor que al parecer estaba saludandome, le miré un poco molesta por despertarme de mi increíble sueño.

—Buenos días —Me saludó de nuevo, solo asentí—. ¿Cómo se siente?

—Bien —Respondí con voz ronca, me llevé una mano a la cabeza, me extrañó el hecho de que no tenía la venda—.

—Se la quité para aplicarle un medicamento —Explicó—. ¿Lista para irse a su habitación?

—Sí —Respondí sentándome en la camilla—.

—El Sr. Nicolás espera por usted. Si siente algun dolor, mareo o fatiga venga inmediatamente ¿De acuerdo?

—Entendido —Le aseguré, él se retiró inmediatamente—.

Me bajé de la camilla rápidamente, me agaché para recoger mis zapatos y salí de la enfermería. Nicolás me esperaba sentado en una banca al lado de la puerta por lo que cuando me escuchó se levantó de inmediato.

—Buenos días —Me saludó con una sonrisa—.

—Buenos días —Le saludé de vuelta sintiendome adormilada aún—.

—Te acompaño a tu habitación —Dijo caminando a mi lado—.

—Como quieras —Él sonrió divertido con mi imagen—.

En el camino a la habitación nos mantuvimos en silencio, aún no había salido el sol y por lo tanto los pasillos estaban bastante solos. Aún tenía bastante sueño por lo que solo pude abrir la puerta y lanzarme en la cama.

—Pasaré por ti para ir a la audiencia —Dijo él y yo le respondí con un asentimiento ligero—.

Me entregué al sueño queriendo reponer energías que sabía necesitaría esa mañana.

         ***

—Que tenga buen día —Le dijo el chofer de la institución a Adrien—.

Devotus [Versión Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora