VIII.

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Ocho treinta de la mañana y Donghae ya estaba postrado en un pequeño sofá individual de cuero mientras esperaba a que el señor Lee se desocupara de una pequeña reunión que había tenido.

Más temprano, aún en su departamento (si es que aún podía llamarse suyo), decidió ir vestido con pantalones de vestir y una camisa azul marino que Heechul juraba le daba una forma "escultural" a su cuerpo. No se veía completamente informal pero tampoco podría pasar como un trabajador más.

No le tomó mucho tiempo encontrar un taxi que lo llevara rápido al complejo, ya que a esa hora de la mañana lo que menos abundaba era gente sin auto que fuera a aquel lugar. La mayoría de los que trabajan ahí o tenían automóvil o preferían ir a pie. Aquella no era una opción viable para Lee Donghae porque que flojera.

Cerca de las ocho cincuenta y cinco una de las secretarias del piso le dijo que en cualquier momento lo recibiría, que se preparara. La chica era linda, de tez morena y cabello castaño obscuro. Usaba lentes de pasta y tenía un bonito cuerpo. Sin embargo, se veía a leguas que era tímida, incluso probablemente más que el mismo Donghae cuando no estaba en confianza. A él siempre le había costado trabajo entender porque aquellas personas que lucían bien no sentían en sí mismos la confianza que sus apariencias transmitían. Aunque claro, él era la última persona que debía ponerse a criticar eso por una simple razón: el mismo es la viva representación de aquella extraña situación.

Las puertas de la oficina principal de madera obscura con terminados plateados que le daban un toque de la realeza se abrieron con una lentitud de película que Donghae agradeció, pues así pudo componerse rápido por lo que se encontró del otro lado de estas:

1) A Siwon.
2) A Hyuk Jae.

Ambos lucían trajes de color negro y expresiones serias, más profesionales que molestas.

En cuanto pudo cruzar miradas con Siwon, este último se sorprendió y se acercó a él mientras las puertas se cerraban de nuevo y Hyuk Jae se quedaba dentro, también observándolo, si es que esa era la palabra correcta para lo que más bien parecía un análisis de pies a cabeza.

Donghae... ¿qué haces aquí?

Si, también me da gusto verte, cariño.

—Pues, mis jefes me pidieron que viniera a ver al Jefe Lee... que aparentemente es Hyuk Jae, para firmar unos papeles de las nuevas instalaciones.

—Ah... si, había escuchado algo al respecto. Que mala suerte, ¿no?

—¿Por qué?

—Porque vas a terminar conmigo pero tendrás que trabajar aquí.

Ah, Siwon de verdad dominaba con creces el arte de incomodar con la sutileza de un martillazo a las personas. A Donghae incluido, por supuesto. Y es que, aquel pensamiento no le había rondado la cabeza hasta ese momento. Trabajar con tu ex puede ser una pesadilla, pero trabajar con Siwon habiendo sido su pareja durante cinco años sería el mismísimo infierno.

¿Por qué tenía esta clase de suerte?

—Bueno, así es esto. Supongo que solo tendré que tomar los turnos en los que tú no tengas descanso.

—Que inteligente eres.

Siwon río divertido y acercó una mano para revolverle el cabello, haciendo que Donghae frunciera el ceño y se echara un poco para atrás, acomodándoselo de nuevo con los dedos.

—Supongo que te está esperando. Pasa, no le gusta que la gente llegue tarde.

—Tu me entretienes.

|Out of Control|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora