XXXVI.

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Para cuando Donghae despertó, la luz natural ya había desaparecido casi por completo y una tenue mancha anaranjada se dejaba ver a través de la cortina.

Abrió los ojos con lentitud, moviéndose un poco y dándose cuenta de que Hyukjae no estaba ahí. Se dio la vuelta con brusquedad y tanteó el espacio detrás de él con una mano y lo sintió frío.

Por alguna extraña razón su corazón comenzó a latir a un ritmo muy acelerado, aunque no reparó en ello. Se sentó en el borde de la cama y luego se paró, caminando de manera perezosa hasta la puerta de la habitación y abriendo esta. Salió al pasillo y notó que la habitación de Heechul estaba a obscuras, por lo que definitivamente él no estaría ahí. Bajó las escaleras y escuchó voces, aunque su leve estado de somnolencia no le permitió discernirlas del todo.

Dobló hacia el comedor y tuvo que tallarse uno de sus ojos debido a la luz intensa que provenía de aquella habitación. Al llegar, notó a Heechul y a Hankyung sentados, pero no vio por ningún lado a Hyukjae.

La cara que puso debió haber sido muy grave, ya que Heechul frunció el ceño mientras negaba con la cabeza.

—Le llamaron con urgencia del complejo. Volverá más o menos en una hora más.

—¿Y qué hora es?

—Las siete de la noche.

Donghae soltó un suspiro muy pesado y se sentó a un lado de su amigo, recargando la cabeza en su hombro. Se sintió extraño, ya que rara vez dormía más de una hora por la tarde. Bueno, quizás habrá sido lo cómodo que estaba.

—¿Lo ves? El tipo se va y Donghae se deprime a morir.

Vio a Hankyung sonriendo de manera enternecida mientras negaba con la cabeza y tomaba algo que olía como café. Le dio un pequeño golpe en el pecho a Heechul mientras gruñía con falsa molestia.

—Tonto. Es que... todavía tengo mucho sueño.

—¿Acaso no duermes bien por la noche? Bueno, a saber qué harás a esas horas...

Heechul recibió un golpe mucho más fuerte en el pecho y aquello le hizo soltar un quejido claramente adolorido. Golpeó a Donghae en la cabeza y este se lo regresó, en la pierna. Comenzaron así una pequeña contienda de golpes más o menos fuertes que pararon cuando Heechul le dio un golpe a mano abierta en la frente para después levantarse lo más rápido posible, haciendo que Donghae le diera un golpe seco a la silla. Este soltó una pequeña maldición mientras se llevaba la mano a pecho, frotándola contra si en un intento de aliviar el dolor en su dorso.

Mientras tanto, Hankyung casi se atragantaba con el café por lo mucho que se reía ahora.

—Torpe. — le dijo Heechul, tirando su taza al fregadero y dándose la vuelta para apoyarse del borde de este.

—Tu y tus comentarios indebidos me sacan de quicio.

—Mis comentarios indebidos tienen una razón de ser. Recuerdo que antes de tener una relación seria con Don Bastardo —y dijo eso último con un tono gracioso de voz. — tu eras capaz de tener sexo con alguien a quien conocías de apenas uno o dos días. Te recuerdo muy salvaje en el último año de preparatoria...

—¡Por qué no cierras tu maldita boca! Tu no eras...

Quiso contraatacar con algo, pero luego recordó que Hankyung estaba ahí y no tuvo de otra más que callarse mientras fruncía el ceño y soltaba todo tipo de coloridas maldiciones hacia su mejor amigo.

—Solo quiero saber porque te estás tomando tu tiempo, eso es todo. Alguna razón has de tener, ¿no?

Donghae la tenía. Y una muy válida, por cierto.

|Out of Control|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora