Capitulo 21: El olvido.
El hecho de saber que en realidad paso cuando desaparecí y recordar de golpe que lo había conocido antes me abrumó por completo. El calor que de pronto hacía en el auto resultaba sofocante, y ni siquiera podía sentir como el auto iba en marcha. Todo se sentía tan irreal, ¿desde cuándo el mundo real era así?
—¿Puedes decirnos que sucede? entonces nosotros podríamos ayudarte...
—Déjala Sean —demandó Daisy, deteniéndose por completo y volteando a vernos. —, por ahora, o solo unos minutos, deja que se tranquilice. Que se desahogue.
Sean me apretó más fuerte entre sus brazos, no había dejado de abrazarme desde que salimos de la tienda del señor Carlos. Yo tenía mojada toda su ropa con mis lágrimas.
Desesperada por no encontrar aire en mis pulmones, trate de quitarme al menos las lágrimas. Agarre su t-shirt y lo apreté con mi mano sin ninguna intención de dejarlo ir.
—Ni... ni siqui-quiera p-puedo...
—Espera, respira. Entonces habla —Daisy hizo un gesto con la mano.
—Lo había conocido antes, a él, al hombre que... —dije despacio.
—¿Y qué te dijo?
Respiré profundo, no una, sino varias veces antes de siquiera empezar. El recuerdo llegaba como una rema a mi cabeza y necesita ordenarlos todos, dejé a Sean, y me recosté del sillón mirando hacia el techo del auto, pasé mi mano por mi cara para terminar de secarla, y después de unos minutos, me había tranquilizado y mi voz ya no temblaba.
—Estaba enojada con mi mamá por no comprarme una funda de snacks tamaño Jumbo, le grité y tiré los que tenía en las manos.
—¿Y qué más? —preguntó Daisy.
—Mi mamá me miró mal, y después se fue a otra parte de la tienda, —Pasé mi mano por debajo de mi nariz, y continué—, un señor se acercó a mí y me pregunto que qué yo quería, y yo le dije, el me los compró y yo le dije que gracias y creo que me quejé porque odiaba a mis padres, y que un día no viviría con ellos más.
—¿En la escuela nunca te ensañaron a no hablar con extraños?
—Era uno amistoso. —Sonreí con amargura—. Y estaba enojada, ¿vale?, este hombre viene y me compra lo que yo quería, y mi mama le dio las gracias. —Alcé mis hombros—. Ni siquiera me regaño, yo pensé que estaba bien, nunca pensé que ese señor me haría daño. —Estrujé mi cara—. Y lo que le dije de mis padres, ¿qué adolescente no quiere vivir lejos de sus padres por un momento?
—Aun así no tuviste la culpa —dijo Sean.
—Tenia catorce, ese hombre llevo más de un año vigilándome. —Comprendí en voz baja, tratando de rebuscar en el baúl viejo de mi memoria recién restaurada su rostro en alguna otra parte de mi vida.
—Él sabía quién eras, entonces no fue al azar —remarcó Daisy, como si ya todos no estuviéramos claros en esa parte.
Sean respiró profundo, y pasó la mano por su cabello. —Está bien, hablemos de por qué tus padres prefirieron no hacer alboroto, y por qué desaparecieron de aquí con su supuesta hija recuperada.
—Y de por qué ahora tienen dinero. —Añadí—. Nosotros éramos clase media, ni siquiera de la acomodada.
—Disculpen, pero nada de esto tiene sentido, estamos sin nada —dijo Daisy, quitando la llave del auto.
—Vamos a Caguita —anunció Sean.
—Huh. —Limpié mis lágrimas, y me eché hacia delante—. Caguita es cinco veces más grande que aquí. Tiene miles de casas Sean, duraremos meses si las vistamos todas —exhalé.
En ese momento estaba pensando en salir por la puerta del auto y correr hasta un risco y tirarme de allí, hundiéndome en el atlántico, y no saber más de mí, ni de mis padres. Pero luego la mano de Sean agarro la mía, y levanté la vista para encontrar sus ojos mirándome.
—Entonces olvídate de tus padres, como ellos lo hicieron contigo.
Me quedé pasmada, algo en su plan para solucionar las cosas hizo que sintiera tres puñales clavar mi espalda.
—Sean, hubieses querido sonar lindo, pero no lo hiciste... —murmuró Daisy.
Su voz había navegado en el silencio que se produjo.
—Tiene razón Daisy, con eso de mis padres —admití, apretando su mano caliente. Tenía mis ojos cerrados para disipar el dolor que aun sentía. «Él tiene toda la razón. » repetí para mí misma aunque era lo último que quería creer.
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Protégeme
Любовные романы"-Necesito que me protejas. " Skyler huye de su pasado y está desesperada por regresar a casa con sus padres. Pero no es tan fácil para ella, su captor la persigue sin dar tregua. Ella necesita a un protector... y Sean, parece ser el per...