Protégeme

Capitulo 7 - Sentí frío inmediatamente.

Capitulo 7 

Sentí frío inmediatamente.

Mientras estaba frente al espejo miré mi cabello castaño caer hasta casi mi cintura. Estaba en un corte recto y lucía desaliñado, sin color, ni vida. Tomé el peine y partí mi cabello por la mitad de mi cabeza.

Tome las tijeras, y con la otra mano el primer mechón. Clip. Cayó al piso. Ahora habían quedado por mis mejillas. Tome el otro mechón y lo corte. Clip. Cayó el segundo mechón.

Minutos después mi cabello estaba corto, mi rostro lucia halado y mis labios estaban pálidos. Note que mi cara se veía más ovalada con el corte que le di. Pero aun así estaba reconocible. No era suficiente.

Me quite el suéter que llevaba y los pantalones, quedándome solo en ropa interior. Abrí la caja de tinte que había comprado en la pequeña tienda, y lo embarré en todo mi cabello hasta que no quedara ni una sola muestra del color castaño, ni una muestra de la Skyler de antes.

Me detuve y observé el desastre que había hecho en todo el baño con el tinte, pero pensé: esto es solo un hotel de segunda mano, los dueños no se preocuparían.

Esperé veinte minutos, y me terminé de desvestir metiéndome en la ducha y dejando que el agua enjaguara el tinte. Funciona, funciona, supliqué mientras masajeaba mi cabello.

Al salir, tomé papel de baño y lo pasé por la loseta teñida del piso y del lavamanos. Eso podría ser asqueroso para muchas personas, personas que no hayan visto nuestro baño en el depósito y acostumbrado a su suciedad.

Me sequé, y me puse la ropa que tenía antes de nuevo, rasgando las mangas con la tijera. Me mire al espejo. El negro hacia lucir más mis pecas de la nariz, y el marrón de mis ojos se veía más oscuro. Quizás ahora nadie me reconocería, ni siquiera mis padres, todo para que él no me encontrara más rápido.

Salí del baño, y me tire en la asquerosa cama o quizás solo estaba vieja y por eso olía a polvo. La puerta se abrió, y Sean entro.

—Ya conseguí combustible. Te juro que aún no sé cómo nos quedamos sin suministros, el tanque estaba lleno al salir.

—Ya te dije que él lo hizo. Lo siento Sean —Me senté para verle la cara.

Cuando íbamos en la carretera el auto se detuvo sin combustible. Varios autos se detuvieron a ayudarnos y cuando consiguieron un mecánico descubrió que el tanque había sido vaciado en su totalidad y que el auto solo estaba corriendo con la reserva. Después de eso Sean estaba tratando de conseguir otro auto porque se negaba a subir al mismo auto y mientras esperábamos alquilo una habitación de hotel, pero me dejó sola allí dentro todas esas horas.

Él se hecho hacia atrás. —Woah, Sky, ¿qué le hiciste a tu cabello?

—Oh, eso. Es para que sea más difícil reconocerme.

—Funciono, créeme —dijo acercándose hacia mí y tendiéndome su mano para que me pusiera de pie—. Vámonos ya.

Nos salimos del registro del hotel y caminamos hacia el auto. Cuando iba a abrirme la puerta, tocó mi cabello de nuevo, como si no lo creyese todavía. Y en todo el camino, y en cada semáforo, sentía los ojos de Sean en mi cabeza, mirando mi cabello corto.

—Una vez vi a una chica como tú —me dijo casual.

—¿Cómo yo? —pregunté.

Me señalo su nariz y entendí que hablaba de mis pecas. —Con pecas, pero más de las que tienes tú —me dijo con una sonrisa.