Toques en la puerta

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Alejandra ya había despertado, luego de aquella caída que había tenido luego del intento de levantar su ahora delicado y huesudo cuerpo.

Todo ese tiempo Evans, Luk y Antonio estuvieron demasiado inquietos al no saber que había sido el causante de ese sonido. La puerta de la habitación aún estaba hechizada y los muchachos no podían entrar por más que quieran hacerlo.

Ella se sentía débil y sin ganas de nada. Lo único que deseaba era dormir y no despertar, dormir para no sufrir y dormir para estar con sus cachorros.

Pero ella sabía que eso no podía seguir así, ella sabía que estaba muriendo lentamente, su delicado cuerpo se lo hacía saber.  Ella sabía que eso no podía continuar que ella solo hacía más daño a la gente que la rodea y sobre todo al amor de su vida.

Con las pocas fuerzas que le quedaban se arrastró por el suelo y se apoyó en la puerta.

Los muchachos aún no se movían de ahí, escucharon el repentino movimiento de algo arrastrándose a su dirección, se preocuparon pero no hablaron. Tenían la leve esperanza de que Alejandra fuera la causante de ese sonido.

Alejandra llego a la puerta y en apenas un susurro dijo un hechizo de tele transportación. En unos instantes la bandeja que estaba el lado de los chicos apareció al lado de Alejandra. Los chicos se sobre saltaron y sorprendieron. Sonrieron y pensaron lo mismo a la vez sabian que poco a poco su amiga, hermana y novia estaba volviendo a la vida.

Luk se fue a contarle a los chicos y Antonio fue a decirle a Ann lo que había pasado hace unos minutos. Por otra parte Evans se apoyó en la puerta, sonreía y pensaba en que podía decirle en esos momentos.

Alejandra por otra parte comenzó a beber la sopa de pollo que estaba en a bandeja, estaba algo fría pero no le interesaba. Un mes y algunas semanas han pasado desde que había ingerido algo de comida decente y su estomago lo agradecía.

Ella no se había dado cuenta de lo seca que estaba su garganta, de lo hambrienta que se sentía y de el olor que emanaba su cuerpo, aquello no le interesaba mucho pero tenia que hacer algo. 

Así que con todo el cuidado del mundo intento levantarse, pero no pudo su cuerpo estaba demasiado delicado, así que se quedo apoyada en la puerta de su habitación.

Evans que estaba en la misma posiciones que Alejandra pero de otro lado comenzó a hablar, o al menos intentar, hablar con ella.

-hola mi vida, espero que te aya gustado la sopa- dijo el nervioso y jugando con sus dedos. 

El no sabia que podía decir en aquella situación se sentía demasiado nervioso y tenia miedo de echar a perder las codas con respecto a lo que sentía Alejandra.

Ella por otra parte intento responder pero no podía. Su garganta estaba tan adolorida de todos los gritos de todos los llantos y demás que por sus cuerdas bocales no se podía salir ninguna palabras mas que un simple y bajo quejido.

-se que aun estas destruida, yo igual lo estoy-dijo el en un susurro- pero estoy para apoyarte en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, sabes que por ti aria cualquier cosa. 

Lo único que pasaba por la mente de Alejandra era que aquellas palabras sonaban como los votos de una boda.

-hace unos días escuche una canción que escuchaba Ann y ahí una frase que a rondado por mi cabeza y quiero decírtela-dijo el mas nervioso aun 

-Quiero decirte que te amo ,Que pensar que pasa el tiempo, más te extraño ,Que sigo solo y que tu ausencia me hace daño ,Sé que yo te fallé ,Pero siempre estaré, pa' ti mi bebe.

Lo único que ella pudo hacer fue dar tres toques en la puerta y el sonrió.



Rechazada Por El AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora