CAPÍTULO 03: El Encuentro.

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Después de dos horas de vuelo, al fin llegamos ala Guaira-La Llanada. Para así empezar Mi Nueva Vida. Todavía no puedo creer que voy a vivir aquí.

¡Hija! ¿Que haces hay parada? Ven que tenemos que irnos—. Dice para que me apresuré.

—Si mamá, ya voy.

No sé cómo será está nueva vida. Pero presiento que vendrán muchas cosas en ella.

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Ya hace media hora viajamos del avión, estamos a pocos segundos de llegar a nuestro nuevo lugar que llamaremos "hogar".

Para ser sincera, no estoy muy entusiasmada. Extraño a mis amigas.

Hija ya llegamos, vamos a bajar las maletas—. Yo asiento y me bajo. —Ah, hija adelántate tú, me llegó un mensaje y tengo que ir al trabajo, toma este es el número del apartamento y esta son las llaves.

—Ok mami gracias y ¿a que hora vuelves?

—Como a las cinco y treinta—. Hago un gesto con la boca. —Tú sabes cómo es esto del trabajo.

Yo solo asiento con la cabeza. —Ok mamá. ¿Pero puedo salir a conocer los alrededores?

—Si hija, pero ten mucho cuidado mira que no conoces a nadie—. Asiento. — Bueno ya me voy, cuídate hija.

—Ok mami, chao.

Y así es como me despido de mi mamá. Y mientras me dirijo a recepción le digo al portero que somos las nuevas inquilinas, el señor muy amable me deja pasar.

Cuando ya estoy dentro del ascensor escucho una voz que me dice que lo detengan... yo lo detengo.

X: ¡Espera de tenlo!.

No me fijo de quién es, ya que tengo el teléfono en mano y me pongo a revisar unos mensajes.

—Perdón por el grito, pero necesitaba entrar—. Me dice esté.

Me volteo y digo:

—No pasa nada—. Caigo en cuenta de algo y me vuelvo a girar hacia él. —Siento que te e visto en una parte.

—¿Si? tal vez porque aparezco en la televisión, algunas vallas publicitarias y en la radio—. Dice en tono gracioso, yo suelto una pequeña risa.

—Ya me acordé, una amiga te tiene en su pared.

—Hay está. Un gusto soy Nelson Farias.

—Un gusto tanbien, soy Marisol Montiel.

—¿Para que piso vas?—. Me pregunta.

—Para el piso siete.

—Yo también—. Me dice.

—Ok, esto es mucha coincidencia, ¿me asusto?.

—No tendrías que, debes de ser la nueva inquilina—

—Si, ¿como lo sabés?.

—Bueno porque hace semanas vi que estaban metiendo cosas en uno de los departamentos.

—Ya llegamos— Le aviso.

—Si vamos, primero tú.

—Gracias—. Le digo en una sonrisa.

A parte de lindo, caballeroso.

—¿Y en donde té quedas?. Digo, si se pude saber.

—Me quedo en el dieciséis y ¿tú?.

Mi Nueva Vida - Nelson Farías [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora