Capítulo 4. Discusiones

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En cuanto vio el nombre se le removió el estómago, conocía lo suficiente a Octavia para que no le terminase de caer del todo bien, tenían ciertos roces que, para ellas, no habían resultado ser fáciles de superar, así que no estaba especialmente contenta de tener que verla en su lugar de trabajo y que encima tuviese la alta probabilidad de pasar 45 largos minutos a solas con ella.

Porque sí, se habían visto numerosas veces, un número incontable de veces de hecho, en comidas, donde evitaban sentarse muy cerca la una de la otra o en el lugar de trabajo de la pelo negro, en Polis. Clarke intentaba ir al local cuando era Bellamy el que estaba ese día, a no ser que por petición muy extrema de Raven, o incluso de Lincoln en este último período de tiempo, aceptase ir un rato, intentando siempre tener el mínimo de palabras cruzadas entre ambas. Todo por cordialidad.

Le parecía realmente extraño que precisamente esa chica viniese al Spa y más con un recorrido completo. Aunque si lo pensaba bien, quizá no sería tan extraño, porque la realidad era que nunca la había visto fuera de las paredes del local, salvo en una de esas comidas que hacían de vez en cuando todos juntos.

Sabía que Lincoln había empezado una relación con ella, por eso estuvo un tiempo insistiéndole mucho en que le acompañara a Polis, porque allí fue donde él y Octavia se conocieron, y Clarke presenció todo ese proceso de conocerse.

El chico conocía bien los roces y discusiones que existían entre ambas, pero a pesar de ser el novio de la de pelo negro nunca cambió su relación con Clarke, seguía siendo cercano y hasta cariñoso, tirando la fachada de chico duro, con ella. Él siempre insistía en que sus problemas eran de ellas y él no tenía por qué entrar en ellos, llevándose bien con ambas.

Encima, era una Blake, así que tenían lazos que las acercaban de cierta forma aunque Octavia no terminase de aceptarlo.

Otra de las razones por las que le parecía tan extraño que Octavia fuese a Grounder-Spa, era por la cantidad de trabajo que sabía que tenía con el local, porque su hermano tenía bastantes cargas familiares, así que le sorprendía que sacase tiempo para salir fuera de las cuatro paredes de Polis y de permitirse el lujo de ir a un sitio así.

Pero lo que de verdad le parecía extraño era su acompañante, no se trataba ni de Lincoln, ni de Bellamy, ni de nadie que conociese. No le sonaba nada el apellido, Woods.

El sonido de unas llaves y la puerta abriéndose le sacó de todos esos pensamientos que rondaban su cabeza desde que sabía que Octavia iría al Spa. Se levantó para asomar un poco la cabeza por el marco de la puerta y ver qué cara traía su amiga, para saber si podía meterse con ella o no por su comida sin postre.

- Rae. - Su amiga le miró con una ceja alzada, porque seguramente ya se olía lo que le esperaba. - Por tu cara puedo deducir que tu comida sin postre, ha ido bien, ¿no?

-Deja de reírte, guapa. - Le sacó el dedo corazón. - Que yo tenga los problemas mensuales de la mujer, no es indicativo de que no se pueda liberar tensiones. - Le guiñó el ojo.

Estalló en una carcajada a la vez que intentaba poner muecas de desagrado porque su amiga comenzó a hacerle gestos obscenos con los dedos y la lengua.

-No pongas esa cara, rubia, que sabemos lo mucho que te gusta un meneo.

-Mira que eres imbécil, eh.

Raven se sentó a su lado, mientras cogía un trozo de la comida que le había sobrado a Clarke que aún seguía encima de la mesa, y lo engullía con mucha ansia.

-¿No te has quedado satisfecha o qué?

-No. - Contestó con la boca llena.

-¿Me vas a decir con quién has comido? ¿O tengo que adivinarlo con mis poderes mágicos de adivinación? - La miró fijamente, esperando la respuesta con ansia.

Performance - Clexa AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora