Capítulo 15. Plan alternativo

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Lexa

Última hora de conexión 19:47

Lexa: ya estoy volviendo a casa, ha sido un día muy intenso, la verdad.

Lexa: Clarke, ¿te gustaría venir mañana al apartamento a comer conmigo?

Joder, sí, claro que sí, quería ir con ella a comer mañana, pero es que no podía contestarle que sí por mucho que en su cabeza fuese la respuesta afirmativa más rotunda y clara que había tenido en muchísimo tiempo.

No poder decirle que sí a aquella propuesta fue como echarse ella misma un gran jarro de agua fría, porque en su cabeza solamente retumbaba el sí más sonoro de su vida, mientras la realidad le daba un duro golpe a base de no.

Mañana tenía el maldito turno de medio día, ese que le mataba el día al completo, maldita sea.

Además de ello, cuando saliese tendría que irse a casa de Echo porque le había prometido que se quedaría esa noche con Madi, ya que su hermana mayor tenía el turno de noche, que empezaba un par de horas más tarde de la que ella salía, y Bellamy tenía que ir a trabajar sí o sí porque sus camareros le estaban empezando a dar problemas, o algo de eso le había dicho su hermana cuando la llamó para pedirle el favor esa misma mañana.

La cabeza le iba a estallar de tanto pensar que hacer y que contestar a Lexa, porque tenía una ganas increíbles de verla, claro que sí.

Para colmo, había tenido un día en el que se sentía con el ánimo un poco tirado por el suelo, a pesar de todo lo acontecido en la noche anterior.

Cada vez que se le venía a la mente el rostro de Lexa tan pegado al suyo, diciéndole que no tuviese miedo y pegando aquellos labios tan carnosos, con los que había soñado más de lo esperado desde hacía días, a los suyos, por fin, sonreía. Sonreía mucho, porque, joder, Lexa Woods le había besado y la sensación de aquellos labios con los suyos fue increíblemente bestial.

La besó con mucha dulzura y miedo al principio, le costó un segundo darse cuenta de lo que estaba pasando, porque estuvo toda la noche muy nerviosa por la tensión que tenía en el ambiente con ella, con todo el contacto físico que habían estado compartiendo. Y es que en el momento menos esperado, Lexa la besó.

Y tras besarla, parecía estar en una nube, se sentía increíblemente bien porque por fin había besado a la chica de ojos verdes, la chica que invadía su pensamiento a cada minuto y en la que no podía parar de pensar.

El problema llegó al salir de aquel baño, de aquel pequeño espacio que compartían a solas, porque algo cambió. Lexa no volvió a hacer más contacto físico con ella y sintió como si algo dentro de ella cayese por un precipicio sin ver el final de la caída.

Sabía que algo dentro de la castaña había hecho una especie de contacto, como cuando el agua se acerca a la electricidad o como cuando dos polos iguales se repelen. Aquel cambio tan extremo tuvo que ser producto de algo, pero no sabía el que, porque ni siquiera se lo había dicho, simplemente actuó así.

A pesar de ello, seguían hablando igual que siempre, incluso seguían tonteando como acostumbraban a hacer, pero eso no era suficiente como para dejar de darle vueltas al por qué de aquel cambio tan repentino. Aquel ahora soy fuego y de repente soy hielo, y es que ambos extremos quemaban con la misma intensidad.

Decidió llamarla por teléfono en cuanto se acomodara en casa en vez de escribirle por la aplicación de mensajería instantánea, porque iba a ser más efectivo y rápido para hablar y contarle la situación.

Se sorprendió cuando al abrir la puerta encontró las luces encendidas y algo de jaleo en el salón.

– ¿Raven? – Preguntó mientras cerraba la puerta y a continuación dejaba las llaves en el mueble de al lado de la entrada.

Performance - Clexa AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora