Capítulo 5. Grounder-Spa

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La semana había sido bastante dura para Lexa, ir y venir cada día del pueblo para trabajar le iba a acabar pasando factura, porque tenía casi una hora y media de camino para ir y otra hora y media para volver.

Su madre, Becca, le insistía en que se buscase pronto algo en la ciudad, porque ese ritmo no iba a ser sano para ella y además, a la larga, iba a ir notando la falta de tiempo para trabajar también en su tesis.

Pero Lexa estaba bastante preocupada, por una parte quería hacerle caso a su madre y cuando se decidía a comenzar a buscar apartamento, le venía a la mente el dejar a Becca sola en casa.

Era viernes y por lo tanto el día de la cita de chicas en el Spa. Había quedado con Octavia directamente en la puerta del sitio, porque su amiga le había dicho que tenía que arreglar unas cosas con su hermano antes de ir allí. Suponía que era para que le dejara el día completo libre y así no tener que ir a trabajar esa noche.

No tuvo ninguna dificultad en aparcar, ya que se encontraba en un sitio poco concurrido y para nada céntrico.

Cuando llegó a la puerta del Grounder se encontró a Octavia esperándola, miró su reloj, por si había llegado tarde, pero no era así, era justamente la hora que habían acordado verse en la puerta.

– ¡Hey, pequeña! – Su amiga la envolvió en un cálido abrazo.

– Hola, O, ¿cómo estás? Hoy no tienes tantas ojeras como el otro día, tienes mejor cara.

– Anoche sí apareció Bell por el local y no vino mucha gente, así que cerramos antes de lo previsto y he podido descansar algo.

– ¡Eso es estupendo! – Le sonrió y su amiga lo hizo de vuelta. - ¿Entramos? Creo que hay alguien esperándote en la recepción. – Le guiñó un ojo porque había divisado a Lincoln observándolas tras la puerta de cristal.

Entraron y Lincoln se acercó a saludar a Octavia con un leve beso que hizo que la de pelo negro se ruborizase un poco, justo después de acercó a Lexa que le saludó con un pequeño apretón de manos.

– ¿Qué tal, chicas? ¿Preparadas para disfrutar de un rato de tranquilidad? – Lincoln lo dijo que una sonrisa que parecía un poco falsa, como si escondiese algo.

– Sí, tengo ganas de relajarme un poco después de esta semana que he tenido. – Fue Lexa la que contestó mientras su amiga observaba detenidamente al chico.

– Lincoln, ¿qué ocurrre? – Se atrevió a preguntar Octavia, porque era así de lanzada e impulsiva y no podía evitarlo. – Tienes una cara, como decirlo, extraña. ¿Ocultas algo? Sabes que no me gusta que se me oculte nada, Lin.

Octavia sonó más enfadada de lo que pretendía, pero no había cosa que más le molestase que el hecho de que le ocultaran información y cosas, y ella juraba por la cara del chico, que era precisamente lo que estaba haciendo.

– No, nada. – Fue bastante escueto en su respuesta, pero Octavia no insistió más. – Id a los vestuarios, que están en la planta superior, hay taquillas y podéis dejar todas vuestras cosas allí. Enseguida irá la persona que esté de anfitriona hoy. – Explicó con una sonrisa. – Yo debo quedarme aquí.

Lincoln se despidió de ellas y fueron hasta arriba, a los vestuarios, a cambiarse y dejar sus cosas. Divisaron un par de taquillas que estaban libres y juntas para depositar ahí sus pertenencias y Lexa cogió un par de cosas para ir a cambiarse.

Justo cuando ella desapareció entrando al baño, Lincoln apareció y se acercó a Octavia.

– O, perdóname. – Le dijo con la cara un poco rara. – Tenías razón... Si te ocultaba algo pero he decidido venir a decírtelo, prefiero que lo sepas ahora a que te lleves la sorpresa.

Performance - Clexa AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora