Narras tú.
Si alguna vez era capaz de tener un contacto divino con alguna deidad, juro que le pediría que éstos momentos con mi amor fueran eternos... Que no se cansara nunca de mí, que no me faltara su sonrisa ni la tierna manera en que sus mejillas se sonrojaban después de comernos a besos producto del calor interno que nuestros cuerpos emitían. Nunca podría superar a Park Jimin, era consciente de eso y me asustaba mucho. Me daba tanto miedo saber que si algún día ésto tenía que terminar, probablemente también acabaría conmigo, pero me había propuesto vivir lo único bonito que la vida me había regalado sin preocuparme tanto.Sus gruesos labios se deslizaban por mi cuello y mis clavículas, mientras sus manos desabrochaban mi sostén y acariciaban mi espalda, junté todo mi cabello en una coleta para dejar libre mi piel y facilitarle su camino de besos, amaba lo bien que se sentía estar en sus brazos, todo fluía tan naturalmente que me hacía creer que en realidad estábamos destinados a estar juntos en esta vida y en todas las que vinieran. Así de profunda se sentía nuestra conexión. Mis manos seguían entre su suave cabello, halándolo con suavidad, sintiendo sus labios apretarse contra mis pezones una y otra vez, su lengua se movía delirantemente mientras los chupaba y con sus dientes los mordía suavemente, la presión necesaria para sacarme de mis casillas y tirar mi cabeza hacia atrás debido al placer que me hacía gemir su nombre con necesidad.
Sin dejar de atormentarme con su lengua bailando en círculos sobre mis pezones, me cargó en sus brazos tomando mis piernas fuertemente, dejándome sentir su notable erección al pegar mi feminidad contra su pelvis y rodearlo con mis piernas. Subió sus besos por mi cuello hasta encontrar mis labios y pude jurar que queríamos devorarnos las bocas, el ambiente estaba colaborando demasiado a que nuestros deseos incrementaran en un doscientos por ciento, era demasiado íntimo -como lo había mencionado anteriormente- y la luz violeta ténue definitivamente hacía que todo se sintiera como una visión.
-¿Estás lista para mojarte, nena?
-¿Cómo dices?
Le contesté entre risas al percatarme del doble sentido de su pregunta, él rió y me guiñó un ojo, mientras probaba la temperatura del agua del jacuzzi con los dedos de sus pies. Era tan fuerte, Dios... Podía cargar mi cuerpo por varios minutos sin dubitaciones y eso me hacía sentir realmente inquieta, era un hombre sumamente excitante. Lástima para el resto, porque era mío.
Entramos en el jacuzzi y el agua estaba a la temperatura perfecta para relajarnos, más no para refrescarnos. Nuestro fuego no se podía apagar con agua, claro estaba.
-El agua está deliciosa, amor... Como que ya me dieron ganas de dormirme, ¿sabes?
-Oh vaya, y yo que te quería hacer gritar un rato.
-Mmmm, lástima bebé.
-Sí, lástima... Tendré que llamar a una masajista para mí.
En cuánto puso sus manos en el suelo para tomar impulso y salirse, rodeé con mis brazos su torso para evitar que se fuera.
-¡Hey! ¡Ni de broma te vas de acá! Qué malo eres, con eso no se juega. Yo también sé pelear, eh. Ni loca dejo que una perra te ponga las manos encima.
-¿Con qué sabes pelear, eh? Ven acá, demuéstramelo. Sabes que nunca me iría, nadie podría complacerme tanto como mi chica.
Rió y se mordió los labios dándose la vuelta, haló mi cuerpo para quedar frente a él, apoyó su espalda en las baldosas y mordiendo mis labios me paré frente a él y quité mis bragas lentamente, las coloqué a la orilla del jacuzzi. Su mirada sobre mi cuerpo me hacía sentir pecaminosa, me estaba apreciando y se estaba tomando su tiempo.
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MÍA » Park Jimin y tú (+18)
Fanfiction»H E T E R O S E X U A L. »Novela original, por favor no copiar ni resubir sin mi autorización. »Lee bajo tu propia responsabilidad, no quiero traumarte. »Intentaré actualizar lo más frecuente que pueda, tranquilas/os. »Cualquier comentario ofensivo...