MÍA » Park Jimin y tú (+18)

Capítulo 24: Oficina.

Narras tú.

"Sorry" de The Rose sonaba por las bocinas del auto de Jimin. Su suave mano se posaba sobre mi pierna en cada alto y la apretaba suavemente sacándome así de los pensamientos que amenazaban con romper mi equilibrio mental cada vez más.

-El mundo no se acabará si te equivocas en algo, _____________. Me tienes de los nervios, no dejas de ver la ventana y de abstraerte de la realidad.

-Soy una chica normal, es jodido para mí pasar de ser alguien común a tener toda la atención sobre mí.

Jimin se limitó a guardar silencio, en realidad lucía un poco aturdido por la situación. Su mirada se desvió de la mía para fijarla en la carretera, la música siguió sonando y por un momento creí que estaba molesto conmigo pero toda duda se disipó cuando sentí nuevamente su mano en mi pierna, esta vez la acarició con ternura en lugar de apretarla. Era su forma de manifestarme que estaba ahí y me amaría al final del día como yo lo amaría a él toda la vida.

Estacionó el auto en frente de mi edificio, tenía que arreglarme lo mejor que me fuera posible. Mi mamá siempre repetía constantemente que la primera impresión era siempre la más importante, así que me esmeraría por lucir presentable. Jimin abrió la puerta del auto y en la distancia pude distinguir múltiples destellos de luz sobre nosotros y el sonido del disparador cada vez se tornaba más constante. Miré a Jimin temerosa de salir del auto, él se inclinó y acarició mi cabello con ternura, su semblante era resignado. Estaba acostumbrado a los flashes.

-Esto será siempre así, amor. Algunas veces incluso invadirán por completo nuestro espacio personal... Vamos.

-No sueltes mi mano, por favor.

-No la iba a soltar.

Me sonrió perezosamente y bajé del auto sujetando firme su mano, colocó el seguro del carro e ignorando los constantes flashes de las cámaras nos escabullimos dentro de mi residencia. La presión iba a ser bastante difícil de llevar. Una vez en mi apartamento, Jimin se sentó en el sofá y revisó su móvil mientras yo alistaba mi equipo fotográfico. Mi cámara no era ni la más cara del mercado pero tampoco era barata, era funcional y muy práctica, me gustaba a mí y eso era lo que importaba. Los distintos tipos de lentes que había adquirido durante el tiempo que había estado acá estudiando eran probablemente lo más valioso que tenía, pues mi fotografía era detallista y mis macro lentes me permitían obtener los planos que deseaba. Sonreí acomodando todo en mi maleta y me dirigí hacia la refrigeradora para sacar el jugo de naranja que había comprado hace dos días, lo serví en dos vasos de vidrio con decoración floral que obtuve cuando me mudé al apartamento y caminé hacia Jimin para ofrecérselo con una sonrisa nerviosa.

La puerta se abrió de repente y una muy atractiva versión de mi mejor amiga hizo presencia en el lugar. Alessia lucía realmente hermosa con un vestido Gucci negro pegado a su cuerpo y unos flamantes tacones Nine West rojo carmín que hacían que su piel se viera saludablemente blanca.

¿De dónde diablos había sacado dinero suficiente para comprar eso?

Con una sonrisa de oreja a oreja caminó en nuestra dirección y apoyó su mano en el hombro de Jimin dándole leves palmadas en son de saludo.

-Ah, qué bien se debe sentir ya no tener que ocultar su relación al mundo, ¿no es así? Me siento feliz por ustedes. Ah y hola, ____________.

-Hola Alessia... ¿Dónde estabas?

-Oh, ¿dónde más debería estar? Obviamente en la universidad. ¿Y qué tal, Jimin? ¿Ya menos estresado?

Su mano seguía reposando en el hombro de mi novio y sin duda alguna empezaba a dudar sobre si esta era en realidad mi mejor amiga de la adolescencia, su actitud claramente empezaba a sacarme de mis cabales y no era el momento, definitivamente no era el momento para escenas de este tipo. Jimin se mantenía al margen y su mirada resultaba intimidante con la intención de alejarla, su respuesta fue monótona y en mi interior dí pequeños saltos de emoción, triunfante por su claro rechazo.