Capítulo 12: ¿Novios?

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Narras tú.

El frío que solía despertarme en mi confortable departamento todas las mañanas no estaba ahí, en su lugar los fuertes brazos de Jimin estaban rodeando mi cintura y mi espalda estaba pegada a su cálido pecho, dándome todo el calor que necesitaba sentir desde hace tanto tiempo, a pesar de que afuera a través de los ventanales podía observar cómo el viento azotaba los árboles con dureza...

Pero ahí estaba, entre los brazos del único chico en el mundo con el que nunca pensé estar, pero que los últimos 3 años de mi vida había deseado con locura y fervor. Y tenía que decir que era mejor de lo que esperaba... Sus manos estaban apretando suavemente mi vientre y su respiración caía suavemente en mi oído, provocándome escalofríos sutiles de vez en cuando. Apoyé mis manos sobre sus brazos y los acaricié lentamente, dibujando sobre su piel trazos sin sentido, sólo quería tocar su tersa piel porque se sentía malditamente bien. Sonreí al sentir cómo el empezó a replicar mi gesto sobre mi vientre, haciéndome cosquillas y causando mi risa inevitablemente.

-Para, me haces cosquillas... ¡Jimin!

Me moví entre sus brazos carcajeándome al sentir cómo empezaba a hacerme cosquillas en los costados y deslizaba sus dedos en mis caderas, escuché su risa tan melodiosa disfrutando de verme retorciéndome en su agarre y me sentí feliz.

-No puedo parar, lo siento nena.

Su ronca voz producto de la mañana provocó que todas y cada una de las terminaciones nerviosas de mi cuerpo respondieran a él de inmediato, detuve mis movimientos y me dí la vuelta para quedar frente a él, pude sentir cómo mis mejillas ardían pues aún no me acostumbraba a tener su rostro tan cerca del mío y saber que podía tomar sus carnosos labios en cualquier momento, cuando se me antojara... Así que lo hice, tomé sus suaves mejillas entre mis manos y lo besé profundamente, un cálido beso de buenos días que significaba mucho más de lo que las palabras podrían decir alguna vez. Amaba demasiado a este hombre, más de lo que debería hacerlo y si debía de ser completamente sincera, esa idea me asustaba. Todo esto me ponía nerviosa, pero no podía sacarme las palabras que habían salido de su boca la noche anterior...

"Por favor, amor... No te rindas sin ni siquiera haberlo intentado". 

Lo intentaría, claro que lo haría.

Lo bien que se sentía besar sus labios era surreal, mis sentidos se activaban y mi cuerpo se relajaba al sentir sus caricias en mi espalda, me presionaba delicadamente contra él mientras sus labios devoraban cada centímetro de los míos, mientras mi lengua bailaba con la suya en un vaivén arrasador. Nos separamos lentamente y nos miramos un momento, se veía adorable recién despertado, sus ojos habían desaparecido por completo y su cabello estaba alborotado tiernamente, sus labios brillaban debido a nuestro íntimo beso y se veía candente, ¿cómo demonios lograba ser tierno y sensual al mismo tiempo?  Siempre me lo había preguntado.

-Buenos días, amor...

-Buenos días, príncipe.

Ay, Dios mío. Tenía que dar por hecho que si tenía que morir ahora, moriría completamente feliz... Nada parecía real, pero se sentía tan bien. Dios santo, se sentía jodidamente bien.

-Nena...

-Dime.

-Cuéntame cómo llegaste aquí. Háblame de tu familia, de tu país, de tus amigos... Necesito conocerte, ¿sabes? Porque al final de cuentas eres mi novia, ¿no?

Novia... Cristo Jesús, ¡qué descabellado sonaba eso! Pero así era, así que debía comportarme como tal, no perdería mi única oportunidad con Park Jimin en toda mi vida. Estaba segura que si no era ahora, no sería nunca más y siendo sincera, ¿qué podía perder cuando no tenía nada?

MÍA » Park Jimin y tú (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora