Capítulo 3: ¿Soy bonita?

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Aún no podía creer que esto me estaba pasando, Namjoon me seguía sonriendo con ternura y ya había firmado mis cd's y mi póster, sus hoyuelos eran aún más perfectos en persona y yo no podía hacer nada más que admirarlo. Me dijo adiós con la mano y fue ahí que comprendí que debía avanzar hacia Jin.

Apenada por mi torpeza, tomé mis cosas y las puse frente a él riéndome y tapando mi boca con mi mano izquierda. Mis mejillas estaban ardiendo de una manera poco normal, sentía literalmente cómo mi sangre se concentraba en ellas y hacía remolinos emocionada generando que me sintiera tonta, como la más tonta de todo el salón.

Jin me miraba detenidamente, como analizando mis rasgos que genéticamente diferian de todos los que había presenciado todo el día, después de que sus preciosos ojos me escanearon se rió y emocionado alzó su mano para que se la tomara.

-Soy Jin, ¡hola! Eres muy bonita.

Ay, por Dios... ¿Había escuchado bien? Tomé su mano y el me la estrechó con rapidez mientras no dejaba de mirarme y de reírse. Era, sin duda, un hombre guapísimo. Su cabello era sedoso y brillante, su piel lucía fresca e hidratada y sus labios... Oh wow. Eran increíbles, las fotografías no le hacían justicia. A ninguno. Y él me estaba diciendo bonita. ¿Esto puede ir mejor? ¿Saldré tan siquiera viva de esto? Sentía mi corazón latir tan rápido y mis manos temblaban, mis labios dolían debido a lo mucho que los había estado mordiendo para contener el conjunto de emociones que como ráfagas de viento me abrazaban. No podía dejar de ver la perfección de Seokjin y él parecía -en serio- conmocionado con mi apariencia.

-Gra... Gracias, Jin. Eres... Eres tan guapo. Te amo, sin tus chistes dudo mucho que conociera lo que es reírme hasta que mi abdomen duela, tu risa me ha hecho feliz en tantas ocasiones. Jin, sin duda, esto no sería nada sin ti. Te quiero, te quiero Jin, gracias por cuidar de todos con tanto amor...

Mi voz se fue desvaneciendo poco a poco y mis lágrimas volvieron a hacer su maravillosa aparición, sin poder evitarlo ya estaba llorando y él con ternura tomo mi rostro y limpió mis lágrimas con una toalla que tenía junto a una botella con agua -que al parecer cada uno tenía para mantenerse hidratados y limpiar su sudor- y se reía nervioso repitiendo constantemente que dejara de llorar por favor, mi corazón estaba a punto de estallar. Yo no conocía el amor hasta el día que los conocí. Fue entonces que dí las gracias por la vida, todo el dolor estaba valiendo la pena con mi rostro apoyado en las manos de Jin.

Mi tiempo nuevamente había finalizado y Tae me estaba esperando con los brazos abiertos, recordé cómo me había pedido que no llorara hace unos cuantos minutos atrás y ahora me quería abrazar.

Sin dudarlo ni un segundo, me incliné hacia delante y lo abracé, quedando recostada en la mesa y sí, mi trasero expuesto a quien deseara mirar. Vaya, ______. Pero qué bonita situación. Dí una vez más gracias a Dios porque opté por utilizar unos jeans negros desgastados y rotos pero que marcaban mi figura de una favorable manera y me tapaban lo que tenían que tapar. ¿Y ahora qué más faltaba?

Tae rió mirando hacia un lado y comprendí solo con ver a mi lado derecho lo que estaba pasando. Todos los miembros estaban escandalizados con la vista que habían tenido acceso a presenciar. Mi mirada no pudo evitar ver la expresión de Jimin, a quien había estado evitando porque mi corazón sabía que se detendría si lo volvía a encontrar mirándome.

Pero ahí estaba, mirándome descaradamente mientras pasaba su lengua lentamente por sus labios. Puedo jurar que sentí escalofríos en lugares donde nunca había experimentado. Ya no entendía si todo esto en verdad estaba pasando, parecía irreal y si no me controlaba me desmayaría en breve. No era broma.

-No quise hacer eso, lo siento... Gracias, Tae. Ya no lloraré, lo prometo.

Dije tartamudeando, el ambiente estaba ligeramente tenso pero Tae no hacía nada más que hacerme reír con sus miradas y su forma tan peculiar de guiñar su ojo mientras mostraba sus perfectos dientes blancos. Él sin duda era el ángel favorito de las fuerzas supremas del cielo y me había abrazado. Había sentido su respiración en mi cuello y su voz había chocado en mi oído celestialmente con sus consuelos y su amable manera de calmarme había generado ya que todos aprecieran mi culo. Quería reírme a carcajadas, pero eso me haría quedar como loca así que hablé con Tae un poco mientras me daba mis cosas ya firmadas con una perfecta sonrisa que me volvió a erizar la piel.

MÍA » Park Jimin y tú (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora