Cuarenta y cinco.

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Sana POV

Estaba en aquel sillón de casa de mi abuela. Ese sillón que tanto me gustaba. A mi lado estaba ella, viendo la televisión.
Me hablaba pero no podía reconocer todas sus palabras.
Escuché el timbre.
Me levanté a abrir la puerta, me sentía débil.
Me quedé paralizada al ver quién era.
Dahyun. Kim Dahyun.
-¡Dubu!
Una lágrima recorrió mi mejilla.
Intenté abrazarla pero había una barrera transparente entre nosotras.
-Sana...
Decía.
-Sana...
-¿Qué sucede? ¡Aquí estoy!
-Sana...
No me escuchaba, al parecer.
Poco a poco su voz se volvió más fuerte y abrí los ojos de golpe.
Mi respiración se aceleró bastante.
Escuché un sonido peculiar y agudo viniendo de una máquina.
Había sido un sueño.
Observé que se acercaron de inmediato algunas enfermeras y un doctor.
Me revisaron.
Mi visión era bastante borrosa aún, no podía asimilar dónde estaba.
-Sana, ¿Me escuchas claramente?
Dijo el doctor.
-Algo.
Mi voz era muy débil.
Observé a Jihyo, se acercó a mí y besó mi mano.
-Despertaste, niña.
La miré sin expresar alguna emoción.
-¿Dónde estoy?
-Estás en un hospital.
Dijo mi doctor.
-¿Qué?
Traté de sentarme sobre la camilla.
Las enfermeras me indicaron que no lo hiciera y me ayudaron a recostarme de nuevo.
-Cuidado, estás demasiado mal todavía. Tranquilízate.
Jihyo mencionó.
-¿Estamos en Corea?
-Sí, tuvimos que transferirte.
No entendía nada.
-Estarás en observación.
El doctor habló mientras checaba todas las máquinas que tenía a mi alrededor.
-Jihyo, ¿Y la gira?
-Niña, tuvimos que cancelarla por obvias razones.
-Pero todavía faltaban muchos países latinoamericanos...
-Tranquilízate.
-¿Dahyun? ¿Dónde está ella?
Jihyo se quedó en silencio.
-¿Dónde está? ¿Está en la sala de espera? ¡Dile que venga!
-Sana, ella no se ha aparecido por ninguna parte.
Me quedé sin palabras.
Mi ritmo cardiaco volvió a aumentar.
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
El doctor le dijo a mi manager que todavía no me diera detalles de la situación, ya que eso podría alterar mi estado aún más.
Jihyo aceptó y salió del cuarto.
-¿Doctor?
-Dime.
-¿Cuánto tiempo estaré aquí?
-El tiempo que sea necesario.
Salió de mi cuarto de igual forma.
Observé mi mano, tenía un catéter con un tubo lleno de medicina y suero pasando hacia mis venas, tenía una bata blanca y no podía moverme casi nada.
Analicé mi cuarto, era un típico lugar de hospital. En el sillón que estaba a lado de mi cama había peluches, globos, dulces y cartas. Todos de mis fans, aquellos que me mandaban todo su amor para que me recuperara pronto.

Rock Me! (Saida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora