Rock Me! (Saida)

Cuarenta y siete.

Sana POV

Han pasado bastantes semanas y sigo aquí, acostada en una camilla incómoda en un cuarto de hospital terriblemente aterrador.
Ya no dejaban pasar tantos regalos a mi cuarto, ya que estaba ahogándome en peluches y globos.
Las visitas entraban y salían.
Amigos, familiares e incluso mi equipo pero nunca llegaba la única persona a la que quiera ver...Dahyun.
Me pregunto si está preocupada por mí.
Me pregunto si le importo todavía.
¿Me querrá aún? No lo sé pero por lo que he visto lo nuestro ya quedó en su pasado. Duele.
Jihyo entró cómo de costumbre.
-Sana.
-¿Qué quieres?
Dije agresivamente.
-¿Cómo te sientes?
-No te interesa.
-Uy, calma.
La verdad es que me siento mejor que desde cuando desperté.
Aún que hubiera deseado no haberlo hecho nunca.
-El doctor dice que a este ritmo, saldrás más pronto de aquí.
Jihyo tomó un peluche de los que me habían regalado y lo analizó.
-Okay, ¿ya puedes dejarme sola?
-¿Qué te pasa hoy?
-Jihyo, tenemos que hablar.
Primero que nada...¿Cómo es que amanecí un día en una camilla de hospital?
Pregunté.
-Bien, si quieres saber la verdad la diré. Tuviste una sobredosis en Estados Unidos. Te encontramos en el piso de tu habitación con la boca llena de espuma, los ojos blancos y con convulsiones. Estabas más fría que un iceberg. Te llevamos a urgencias.
Caíste en un coma, Sana. Estuviste así durante un mes, así que decidimos cancelar la gira y transferirte a Corea.
Tu familia estaba bastante preocupada, querían hasta demandar a la empresa. JYP también lo estaba. Yo lo estaba. Todos.
Reí sarcásticamente.
-Los días pasaban, las vistas venían aquí y te hablaban como si estuvieras despierta. Los fans... ellos se llevan la lotería. Han estado durmiendo afuera del hospital, cantan tus canciones a todo volumen, se apoyan entre ellos. Están aquí esperando recibir alguna noticia. La prensa, los fotógrafos han estado días y noches esperando respuestas también. Estás en boca de todos.
Me quedé en silencio.
-¿No has sabido nada de Dahyun entonces?
Pregunté con esa chispa de esperanza.
-No, Sana. Ya te lo había dicho. Ella no se ha presentando por ninguna parte.
Me entristecí.
-Estuviste al borde de la muerte. Estabas caminado hacia el más allá, tienes suerte de haber vuelto.
Jihyo se acercó a mí.
Acarició mi cabello.
-¿Sobredosis dices? ¿Por qué habrá sido?
Jihyo me analizó.
-Perdiste el control de tus antidepresivos, es todo.
-¿Y estás segura de que eran antidepresivos?
Había bastante tensión entre nosotras.
-Tengo que ir a contestar una llamada.
Jihyo salió de mi cuarto.
Mis ojos se tornaron llorosos.