Treinta y tres.

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Sana POV

-¡Jihyo! ¡Abre la maldita puerta!
Toqué sin vergüenza alguna la puerta de su cuarto.
-¿Qué pasa niña? ¡Por dios, son las tres de la mañana!
Pude observar que Jihyo estaba algo dormida.
-Necesito...
-¿Qué necesitas?
-Mira mis manos.
Le mostré mis manos, estaban temblando demasiado.
-¿Qué te pasa?
-A ver, no he dormido absolutamente nada, me siento muy ansiosa. Necesito una de tus pastillas.
Dije con desesperación.
-Sana, no sé si sea correcto. Ya te di la dosis de hoy.
Me enojé al escuchar sus palabras así que la tomé de los hombros.
-Dame más pastillas.
Jihyo me miró con temor.
-Primero suéltame, después te las doy.
La solté.
Entró a su recámara y sacó una pequeña bolsa llena de esas pastillas.
Mis ojos brillaron.
-Dame la bolsa.
Quise tomarla pero Jihyo no me dejó.
-Paso a paso, artista.
Me entregó dos solamente.
Cerró la puerta en mi cara.

Caminé rápidamente hacia mi cuarto. Puse el seguro y busqué agua.
Inserté una pastilla en mi boca y la tomé al igual que la segunda. Ya no podía guardar la otra por más tiempo. Quería ingerir más, quiero sentirme bien, relajada, tranquila.
Poco a poco caí en la gigante cama.
Comencé a sentir que flotaba.
Todo lo que tocaba se sentía maravilloso.
Vi la música y escuché los colores.
No sé cómo explicarlo.

*Flashback*
Me encontraba sentada frente al televisor de mi abuela. Veíamos un concierto.
-Sana, deberías ser artista. Tienes todo para serlo.
Mencionó.
-Abuela, te prometo que lucharé por mi sueño. Te saludaré desde el escenario siempre.
Mi abuela sonrió.
Algo se conmovió en mi interior.
*Fin del flashback*

Me sentí nostálgica, triste.
Comencé a sollozar.
Extraño mi otra vida.
Mis amigos.
Mi familia.
Me levanté de la cama y comencé a pegarle a la pared.
Tomé una lámpara y la lancé al suelo.
Rompí la cafetera.
Rompí un espejo del baño.
Grité hasta que escuché que tocaron mi puerta con desesperación.
Era Dahyun.
-¡Sana, ábreme ahora!
Tocaba desesperadamente.
-¡No!
-¡¿Qué estás haciendo ahí dentro?!
-¡Déjame sola!
-¡No me iré de aquí hasta que abras la puerta!
Decidí abrirla.
Entró y analizó todo el desastre que había en mi cuarto.
-Sana, ¿Qué pasa?
Me analizó a mi también, yo estaba hecha un desastre.
No pude hablar, solamente caí entre sus brazos y comencé a llorar aún más.
-Tranquila hermosa, estoy aquí para ti.
Acarició mi cabello.
Ambas caímos al suelo, ella estaba en sus rodillas abrazándome y consolándome.

Rock Me! (Saida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora