Cincuenta y cuatro. (+18)

1.7K 149 5
                                    

Sana POV

Después de una larga junta con mi abogado, llegamos a un acuerdo. La demanda le llegará a Jihyo la próxima semana. Esto se va a arreglar legalmente. No me voy a detener por nada del mundo, seré como una piedra sin sentimientos. Salí del café donde me encontraba y estaba Dahyun en su coche, esperándome. Se bajó y me abrió la puerta. Me ayudó a subir.
-¿Cómo te fue?
Preguntó.
-Bien, ya tenemos todo listo para el juicio de la próxima semana.
Dubu sonrió.
-Estás haciendo lo correcto.
-Lo sé.
Dubu manejó hasta mi departamento. Se ha quedado conmigo estas últimas semanas, ya que me está cuidando aunque ya me encuentro mejor.
-Amor, tengo hambre. Cenaré algo.
Caminé hacia la cocina y abrí la despensa. Busqué algo para comer.
Dahyun se acercó lentamente por detrás, me tomó de la cintura y me susurró al oído.
-¿Tuviste un largo día, cierto?
Mi piel se erizó.
Asentí.
Me volteé para mírala de frente. Noté que se veía diferente, se mordía los labios a manera de deseo.
-¿Quieres relajarte un poco, amor?
Me preguntó sensualmente.
-S-sí.
Dije con timidez. La chica levantó mi playera un poco y comenzó a tocar mi abdomen. Me estremecí.
Se acercó a mí y comenzó a juguetear conmigo. Se acercaba para besarme y cuando estaba a punto de hacerlo, retrocedía.
-Sólo bésame.
-Aguanta.
La tomé de la cintura y la llevé hasta el refrigerador. La encerré con mis brazos.
-Hazme tuya.
Mencionó con desesperación.
No puedo mentir, sus palabras me excitaron bastante.
Remojé mis labios.
La analicé.
Comencé a darle pequeños besos por todo el cuello, después subía a sus labios y los atrapaba con pasión. Mis manos comenzaron a recorrer todo su cuerpo. Dahyun acercó su mano al controlador de la luz y bajó la intensidad de ésta, haciendo de la sala y cocina un lugar más pervertido.
Bajé mis manos hasta su abdomen y le quité la playera. Admiré su cuerpo.
Comencé a besarla, desde el abdomen bajo hasta sus pechos.
-Ah-
Gimió suavemente.
Pasé mis manos por su espalda y desabroché su sostén.
Llevé mis manos a sus suaves pechos y comencé a masajearlos. Noté que la expresión facial de Dahyun estaba en fuego. Cada vez se excitaba más.
Dubu tomó mi cabeza con fuerza.
Me dirigí a sus pechos pero ahora con la boca, comencé a besarlos y a dejar pequeñas mordidas. Me acerqué a sus pezones y comencé a hacer círculos con mi lengua.
-Ah, Sana...
Volvió a gemir y sentí que sus manos recorrieron con fuerza mi cabello.
La cargué y la llevé al sillón gris de mi sala. La recosté.
Era el lugar perfecto ya que teníamos la perfecta vista de la ciudad frente a nosotras.
Me quité la playera y el sostén sensualmente frente a sus ojos.
Me senté en sus piernas, no dejando todo mi peso sobre ella.
Dubu pasó sus manos por mi cuerpo, después las bajó hasta llegar al botón de mi pantalón. Bajó el cierre.
Me quité el pantalón y después la ropa interior.
Dahyun me dio un apretón en el trasero.
Sonreí pícaramente.
Seguí besando su torso desnudo. Llegué a sus pantalones y los bajé lentamente. Pasé mis dedos por su ropa interior, jugueteando con ella.
La chica se estremecía y se contraía.
-Sana, no me hagas esto amor.
-Es mi venganza.
Besé su abdomen bajo y llegué a su pubis. Comencé a dejar besos por toda la zona y por sus muslos.
Bajé su calzón suavemente.
Me coloqué sobre ella. Comencé a hacer movimientos suaves con mi vagina sobre la suya, que estaba mojada totalmente. Dahyun me tomó de la cintura, dirigiendo un poco el movimiento.
Su rostro era de total placer.
-Mmmm, sigue amor. Ah-
Gemía sin cesar.
Hice el movimiento cada vez más brusco, haciendo círculos.
Dahyun mordía sus labios.
Nuestros cuerpos ya comenzaban a sudar.
Dejé de hacer el movimiento y bajé a su vagina.
Abrí sus piernas y comencé a masturbarla, tocando su clítoris con fuerza.
La chica arañaba el sillón del placer.
Cada vez aumentaba más la rapidez con la cual movía mis dedos en su zona íntima.
-Ah-
-San-
-Sí, Ah-
Verla así me excitaba tanto, estaba tan caliente de tenerla frente a mí desnuda y escuchando sus gemidos. Sentía sus fluidos.
Seguí hasta que Dubu soltó un gemido bastante fuerte.
-¡Ah!
Comenzó a contraerse del placer.
Llegó al máximo.
Llevé mis dedos a su boca, para que probara.
Lamió mis dedos como una paleta de hielo.
Ambas teníamos la respiración bastante agitada, estábamos cansadas.
Me acerqué y besé sus labios con suavidad.
-Te amo, Sana.
Dijo entre jadeos.
-Yo te amo más, Dahyun.

Rock Me! (Saida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora