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Stiles.

Mis planes de ir a esa fiesta fueron estropeados, no me quejo, estoy agradecido de que ni siquiera llegue a la entrada, lo que de alguna manera irrumpe en mi cabeza es la razón de ello. Lydia. Tiene la costumbre de chocar conmigo a donde sea que camina o en este caso, corre, aunque bien que por ir distraído viendo hacia el piso yo tampoco la vi hasta que su rostro estuvo tan cerca del mío, no peleo conmigo esta vez y en su lugar volvió a correr, como si hubiese visto un fantasma, intente llamarla pero no me hizo caso, y segundos después fui tras ella. Me vi sorprendido ante mis acciones, no le debo nada y ni ella a mí, sin embargo no pude evitar ser amable, dentro de lo que cabe, se miraba tan frustrada y quizá hasta asustada. Lo que me pareció mucho más extraño fue que me pidiera que me marchara tan solo ella pusiera un pie fuera de mi auto, entiendo que no soy su persona favorita, ni ella la mía, pero jamás le diría algo así, o eso creo. Como me importa una mierda lo que ella quiera, permanecí por unos momentos en el auto mientras se acercaba a prisa a la persona fuera de su casa, a la distancia logre ver que quien sea que fuera esa persona estaba molesta y Lydia se miraba preocupada, cuando miro en mi dirección supe que tenía que irme y lo hice. Pero aunque hice lo que quería, había algo en mi interior que me inquietaba y lo detesto. Hace rato que llegue a la casa y que estoy tumbado sobre la cama viendo el techo que no tiene nada de increíble, han pasado horas, Malia no ha llegado y ahora que lo pienso no se si lo hará, después del avance que habíamos tenido hemos retrocedido y se siente fatal, aun así, decido llamarla para asegurarme de que se encuentra bien.

—Bueno?

—Malia

—Ah, Stiles...

Es verdad no esperaba que sonara alegre ni nada pero no que sintiera decepción.

—Siento llamarte

—No, no es eso es solo que no encontramos a Lydia y...

—Lydia está en su casa

—Como lo sabes?

—Yo la lleve

—Que tú qué? Cómo?

—Había decidido ir a la fiesta pero me topé con Lydia, estaba algo...apurada. Dijo que las estuvo buscando pero que no las encontró y decidió irse por su cuenta

—Pero tú la llevaste?

Puedo sentir como sonríe y pongo los ojos en blanco.

—Si Malia, yo la lleve

—Menos mal, gracias

—Como sea, vendrás a la casa?

—No, me quedare con Allison y Kira

—De acuerdo

Nos quedamos en silencio y entonces decido despedirme de ella y colgar, no quiero que piense que solo porque he llevado a Lydia a su casa pienso dejar de pelear con ella o darle una oportunidad, no me cae bien y dudo que llegue hacerlo.

Por la mañana, me encuentro en la cocina incluso antes de que mi papa se despierte, prefiero permanecer aquí sentado y pretender que desayuno un cereal a quedarme tirado en la cama pretendiendo que duermo. Los restos del cereal llevan ya rato sumergidos sobre la poca leche que ha quedado en el plato, mi cuchara juguetea con ellos como si fuera la gran cosa, mi padre irrumpe en mi divertido juego mañanero y me mira con el ceño fruncido y yo evito su mirada.

—Has dormido algo? —pregunta.

—Si —miento.

El me mira por unos segundos que parecen ser eternos y me pongo de pie para dejar mi plato sobre el lavatrastos, espero que eso haga que deje el tema por olvidado.

Love again.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora