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Stiles.

››Stiles...Stiles...Stiles...‹‹ su voz se escucha distante y eso produce una gran angustia e impotencia, la busco en todos lados pero no logro ver nada, más que una absoluta oscuridad, puedo sentir el frio recorrer todo mi cuerpo, ese frio que me paraliza. Cierro los ojos con tanta fuerza que duele y cuando los abro es cuando la veo, sonríe cuando me ve y entonces da un paso hacia atrás y cae...

Me despierto agitado y empapado en sudor, afuera sigue estando oscuro y cuando veo la hora, confirmo que aún son las 3 de la madrugada y no tengo que despertarme hasta dentro de 4 horas más, me dejo caer sobre la almohada, mi pecho sigue bajando y subiendo y trato de tranquilizarme, mantengo la vista en el techo, tratando de no pensar en esos momentos de terror que vivo una y otra vez cada que cierro los ojos, tomo mi celular y abro mi reproductor, me coloco los auriculares y pongo play a cualquiera que sea la canción, lo único que quiero es no pensar y mantenerme despierto.

Tan cual como es mi suerte, Coward de Hayden Calnin suena en mis oídos y por puro masoquismo la dejo continuar hasta el final, dejo que cada letra, cada palabra me invada, cierro los ojos para impedir que las lágrimas me lleguen, tomo todo el aire que mis pulmones me permiten y lo sostengo todo lo que puedo y entonces lo suelto, sintiéndome fuerte abro de nuevo los ojos y canción tras canción, la luz de la mañana entra por mi ventana, y la alarma comienza a sonar, esa alarma que no he necesitado mucho. Me tomo un momento antes de apagar la música y ponerme de pie, tomo mi ropa y entro al baño, me miro en el espejo visualizando mucho antes el posible aspecto que podría tener ahora mismo, grandes manchas oscuras bajo mis ojos, los que ahora se encuentran rojos por no dormir, abro la llave de la ducha y ajusto la temperatura antes de entrar, dejo que el agua caiga sobre mi piel y relaje por completo los músculos tensos, cierro los ojos y me dejo invadir por el agua, me obligo a desentumir el cuerpo y a relajarme por completo, permanezco bajo el chorro de agua más de lo planeado, los golpes en la puerta me sobresaltan.

―Stiles! ―escucho a Malia gritar― apresúrate

El agua está ahora tibia, me enjabono y lavo mi cabello con rapidez, salgo del baño y Malia me mira con el ceño fruncido con la intención de leer mi rostro, no se lo permito y me alejo de ella, tomo mis cosas y bajo a la cocina, donde mi padre ya se encuentra leyendo su periódico, sin hacer algún contacto visual con él, me dirijo a tomar mi cereal, permanezco de pie y tomo mi desayuno apresuradamente, cuando termino, dejo mi plato sucio en el lavado y me propongo salir de la cocina cuando la mirada curiosa de mi padre me detiene, trago saliva y agacho la mirada.

―Todo bien? ―pregunta.

―Si, dile a Malia que espero afuera

Antes de que diga algo más me marcho a mi auto, donde espero en silencio hasta que Malia sale a prisa con el ceño fruncido, enciendo el auto y la escucho azotar la puerta, lo que me da una pulsada en el pecho pero me abstengo de mencionarlo, comienzo a conducir sintiendo su mirada sobre mi mientras come una tostada con crema de maní, la ignoro hasta que deje de mirarme con resultado fallido.

―Que te sucede? ―me pregunta.

―No sé de qué hablas ―respondo sin dejar de ver el camino.

―Estas actuando extraño y no te ves muy bien

No contesto y espero eso le de la señal de que deje de hablar, pero no es así, Malia suelta su cinto de seguridad y se inclina hacia el tablero sin dejar de verme, comienzo a ponerme nervioso.

―Malia ―digo aun viendo el camino― el cinturón

―Estoy tratando de descubrir que te ocurre

Love again.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora