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Lydia.

Extraño a mis amigas, he tenido que distanciarme un poco de ellas, no quiero sus preguntas y comentarios sobre mí, es imposible no verlas en clase pero me las he arreglado para llegar justo a clase y salir antes de que lo noten y cuando logran interceptarme, yo logro escabullirme, estoy segura de que mi celular está lleno de sus mensajes, mensajes que contestaría si tuviera mi celular. A la hora del almuerzo encuentro un lugar apartado, el lugar que he estado utilizando toda la semana, agradezco la gran sombra que el frondoso árbol me propina, detesto tener que usar esta maldita blusa abrigada, amo este lugar, o me he forzado a amarlo...no, de verdad lo amo, está alejado de los estresantes estudiantes de esta universidad, a veces disfruto de la soledad, ayuda a pensar.

Dejo el sobrante de almuerzo a un lado, me recuesto en el fresco pasto, me pongo mis auriculares y cierro los ojos, tomo aire y le doy play a la música. Mi corazón deja de latir cuando In My Veins de Andrew Belle comienza a sonar, los recuerdos me llegan como abejas a la miel, uno tras otro, momentos felices, momentos tristes, y cada uno de ellos duelen por igual, incluso los buenos, son un recordatorio de que están en el pasado y que jamás volveré a tener eso en mi vida. Todo va a cambiar, nada permanece igual. Debería cambiar la canción, o incluso borrarla, siempre me recuerda a él, pero esa es precisamente el por qué permanece en mi playlist, cualquier recuerdo de él es necesario en mi vida, los recuerdos es lo único que me quedan.

Todo está oscuro, es más de lo que puedes tomar. No me había dado cuenta de que las lágrimas habían recorrido mis mejillas hasta que mi cabello comenzó a sentirse humedecido. No puedo sacarte. Abro los ojos y elimino cualquier inicio de llanto, me levanto y tomo aire una vez más, enderezo la postura y elimino esos recuerdos, no necesito que la gente me vea de esta manera. Veo la hora y es casi tiempo de que vaya a clase, comienzo a ordenar mis cosas, me pongo de pie y aliso mi falda, tomo mi bolso, guardo el reproductor en este y luego levanto los restos de almuerzo, camino hasta el gentío y deposito mi basura en el primer bote que encuentro, camino sin hacer contacto visual con la gente, estoy casi segura que mis ojos se encuentran rojos del llanto.

El baño se encuentra vacío, cosa que me alegra, las chicas suelen ser odiosas, aunque estoy segura que no las conozca o ellas a mí, esta escuela es demasiado grande pero nunca se sabe. Tomo un poco de papel y lo humedezco para limpiar los restos de delineador, me quedaron un poco rojos, pero siempre cargo con mi maquillaje, aplico un poco en la zona de mis ojos y lo distribuyo como se debe, las marcas desaparecen, es increíble lo bien que puede funcionar el maquillaje, como puedes ocultar cualquier emoción detrás de él, como puedes aparentar que estas bien detrás de una sonrisa, una como la que ahora mismo me doy en el espejo. El sonido del váter se escucha y me sobresalta, una chica sale de una de las puertas y camina con aire alzado sin mirarme pero es imposible que yo no lo haga, su perfecta figura, piernas largas sobresaliendo con esa mini falda, esa que acentúa su cintura casi de avispa, su rostro ni se diga, es hermoso, su cabello corto castaño brilla, es tan normal y bonito, sus labios rosados, du perfilada nariz, y sus ojos? Son de un café muy lindo. Ella finge una tos y regreso a la tierra, ella está viéndome y me siento avergonzada, alza una ceja en mi dirección y suelta una risa antes de salir del baño, comienzo a sentirme ansiosa, me miro una vez más al espejo, tengo un poco de cachetes, mis piernas no son nada largas, soy la persona más enana del planeta, la cintura, de avispa nada, mis labios...si puedo con ellos pero mientras no sonríe todo estará bien, cuando lo hago parece que estoy a punto de comer una gran hamburguesa, mi nariz es pequeña y mis ojos, es quizá lo único que me gusta de mí, mis ojos verde esmeralda. El baño deja de estar vacío y he perdido la cuenta de cuanto llevo viéndome en el espejo, salgo de este y me dirijo a clase, aun me queda tiempo para llegar.

Love again.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora