¿La secretaria o la escritora? ¿Habitación o café? ¿Traje gris o negro?

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Malú Pov

Cuando el ascensor llegó al subsuelo y las puertas comenzaron a abrirse nuevamente, sequé las lágrimas que habían desalineado el maquillaje y no salí sin antes acomodar un poco aquel desastre.

— El coche está impecable y con el tanque lleno señorita Sánchez Benitez — El muchacho del estacionamiento se puso a mi lado luego de un pequeño trote

— No te he preguntado — Le quité las llaves de un tirón

No voltee a mirar al joven, temía ver el odio implícito en sus pupilas, estaba casi segura de que habría detenido sus pasos, llenando su boca de maldiciones hacia mi persona, y aunque no quisiera lo entendía, yo estaba haciendo lo mismo.

Llegué a casa, más bien a la casa de mis padres, porque mi padre no quería que me fuese hasta que pudiera dominar la empresa sin su apoyo o en su defecto, hasta que encontrara un empresario que pudiera hacerlo y me diera la mansión que merezco. Al ingresar cerré la puerta de un golpazo y pude escuchar a Amanda llamándome, pero subí las escaleras salteando escalones y sin hacer caso a sus llamados, no quería que me viera de aquella forma.

— María Lucía ¿Que sucede? — Mientras daba golpes energéticos en la puerta

— No sucede nada Amanda, solo estoy cansada — Mi voz sonó quebrada

— Niña, abre la puerta o la tiro abajo

— Amanda por fav...

—Abre la puerta o la tiro abajo María Lucía!

Sabía que las palabras de Amanda eran ciertas, no se iría hasta corroborar que realmente estaba bien o consolarme en el caso de que no lo estuviera. Así que sin ganas me levanté de la cama y le abrí la puerta, lo último que quería era tener que  pensar en comprar otra puerta. Rápidamente corrí hacia la cama de nuevo escondiendo mi rostro bajo la almohada

—¿Que sucede?

— Lo de siempre — Hice un silencio — Lo de siempre — Sollozo

Ay mi niña — Los brazos de Amanda me rodearon con fuerza

—Estoy cansada de esto Amanda, ya no quiero más

Necesitas terminar con esto Malú — Quitó una de sus manos del abrazo y la llevó hacia mi rostro, acariándolo con delicadeza

—Sabes que no puedo. No puedo! — Lo grité y ella intensificó el abrazo y la caricia — Hay una mujer, la nueva secretaria de mi padre... Y mía — Quise cambiar de tema

— ¿Debería preocuparme por el brillo en tus ojos ahora mismo? — El entrecejo de Amanda se frunció con fuerza

—No sabes lo hermosa que es Amanda, es realmente hermosa, tiene los ojos más perfectos que vi jamás — Suspiré

— Si, debo preocuparme —

Amanda era la única en mi entorno que sabía mi condición sexual, nunca había sido capaz de confesarlo a mis amigos y mucho menos a mis padres, sabía que no lo aceptarían.

— ¿Sabes? Ella me mira diferente, el brillo en su mirada cambia bruscamente cuando sus ojos avellana se posan sobre mi ¿Y sabes que más? No tendría problema en invitarla a mi habitación

— Tres cosas te voy a decir niña — Levanta su dedo índice — La primera es que quiero conocer a la mujer que hace brillar estos preciosos ojitos — Deja el índice elevado y levanta el dedo medio — La segunda es que ya eres grande mi niña, tu padre debe entender que eso no es lo que quieres — Levanta también el dedo anular — Y la tercera es que ese último comentario es demasiada información para mi —

Hablarán De Ti Y De Mi (VALÚ AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora