Flores de papel

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Vane POV

Inma terminó por salir de la oficina y tanto mi jefe como yo nos ubicamos en nuestros lugares respectivamente.

¿No tomas asiento hija? - Le escuché pronunciar a mi jefe y llevé mi mirada en busca de María Lucía.

Una mirada afligida, con sus ojos apagados fue lo que descubrieron mis ojos al mirarle. Se sentó en silencio y sus dos perlas color café se perdieron en un punto fijo de la oficina.

El señor José comenzó a hablarme sobre las nuevas modificaciones que se vendrían en la empresa al consolidarse la asociación con la de Inma. Sus labios no cesaban de escupir palabras, palabras que luego de unos pocos minutos mi cerebro se volvió incapaz de unir para conformar una frase coherente, ya que había volcado todos sus pensamientos en María Lucía.

¿En qué estaría pensando? ¿Por qué esa perfección que llevaba por ojos se veían tan tristes y perdidos? —

Joder, es que realmente la tristeza estaba formando parte de su mirada, lejos habían quedado aquellos cristalinos que brillaban mientras me miraban con la mayor dulzura del mundo.

— Eso es todo por hoy, ahora si podemos irnos - José nos despidió de aquella manera y María Lucía sin siquiera responder al saludo se puso de pie en automático y comenzó un camino hacia la puerta a paso lento — Espera María Lucía, Vanesa baja contigo, debe entregarle unos papeles a Jennifer -

Perfecto, nuevamente era condenada a encerrar mi cuerpo en un pequeño cubículo junto a su maldita debilidad, mientras procuro intentar resguardar en algún rincón el afán de volver a sentir el sabor de su boca.

La vi detenerse al escuchar aquello y en cuanto su padre finalizó la frase sus piernas recuperaron el lento movimiento hacia la salida. Sin más que decir me puse de pie cogiendo previamente los papeles y caminé hasta la puerta.

El tamaño de mis pulmones comenzó a estrecharse cuando la descubrió de espaldas esperando la llegada del elevador, hasta una postura de desgano que se dejaba ver en su cuerpo de lado, se veía sensual en ella. Ingresó dentro cabizbaja y silenciosa, yo le seguí los pasos mientras no podía hacer más que mirarle.

Silencio abrumador y ensordecedor ¿En qué momento pasamos de endulzarnos los oídos con los gemidos de la otra a siquiera saludarnos? ¿Por qué permitió que nos sucediera esto? ¿Realmente el amor puede durar tan poco?

Neruda.

El amor dura poco y el olvido demasiado. A nosotras el amor no alcanzó a rozarnos, en cuanto estiró sus brazos para entrelazar nuestras manos, ella salió corriendo y me dejó allí, sola, en un rincón, queriéndole y pensando en cómo dejar de hacerlo.

Me permitió ingresar dentro, me fue dejando pistas, enamoró con sus formas, sonrisas y besos. Tentó a mis manos para que le quitaran la ropa y jugó con la debilidad que su sexo le provocaba a mi boca. Despertó en mí un hambre insaciable y voraz, de su piel, de su olor, de ella. Se hizo con cada gota de mi sudor que a medida que brotaba por mis poros trazaba su nombre.

Me soltó, sin más, sin explicación, solo fui para ella una jodida sudada mientras ella para mi la peor de las jugadas.

Mi mente viajó perdida en aquellos pensamientos, cuando volvió en sí ya nos encontrábamos en planta baja y el elevador comenzaba a abrir sus puertas.

— Adelante — Hablé tímida al volver a generar palabras que pretendían captar su atención y estiré mi brazo en busca de cederle el paso.

Me miró y sus labios dibujaron una sonrisa que acompañada con sus ojos melancólicos consiguió pellizcarme el corazón.

Se volvió hacia el frente y comenzó a caminar el recorrido que la llevaría fuera del elevador.

Hablarán De Ti Y De Mi (VALÚ AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora