¿Dos días para qué?

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Vane POV

Tomé el café cuando la muchacha me lo extendió y salí del bar suspirando con la mirada al cielo, tenía en mis manos el café para la jefa y ¿En que mierda estabas pensando Vanesa? ¿Un café tan raro? ¿Es en serio? ¿No podías pedir algo más clásico? Una lágrima, un cortado tal vez ...

Ingresé al edificio y mis manos comenzaron a sudar, estaba realmente nerviosa por la opción que había elegido. Pretendía acercarme hasta Jennifer pero se encontraba hablando con alguien, así que me desvié al ascensor, una vez dentro volví a mirarla y evitando la mirada del señor levantó una de sus manos cruzando los dedos, le sonreí ante el gesto y el elevador comenzó a ascender.

El momento de la verdad había llegado, me encontraba frente a la gran puerta minimalista y mis jefes se estaban dentro — Vale, no creo que me arroje el café frente a su padre — Respiré algo aliviada y separé una de las hojas de la puerta para ingresar.

Sentí vibrar el móvil en el bolsillo del jean pero no podía agarralo, no ahora. José no se encontraba en la oficina y la jefa había rotado sobre su cuerpo para voltear y ver quién había ingresado — Joder, que es blanca la blusa — Le sonreí tímidamente y ella ignoró por completo mi cordial gesto, se puso de pie y se paró frente a mi, con sus ojos clavados en los míos — Guapa eres 

Tome — Le extendí el vaso tímidamente y en cuanto lo tomó bajé la mirada y entrelacé mis manos a la espalda.

¿Qué es? — Preguntó y aunque no la miraba podía sentir sus ojos clavados en mi.

Pues, no sabía bien que pedir y como me ha dejado la elección a mi opté por algo no tan... — Me callé en cuanto noté la expresión en su rostro al beber — ¿No le gusta? Lo siento, realmente lo siento, voy a por otro Mis palabras salían de mi boca torpemente

Es mi favorito Dijo visiblemente sorprendida con la mirada perdida en algún punto del lugar.

¿De verdad? No sabía que sensación ganaba en ese momento, si la felicidad de haberle atinado al café o la sorpresa ante la casualidad que acababa de suceder.

Nos miramos fijamente y nos vimos envueltas por unos segundos en un profundo silencio, solo nuestras miradas luchaban por sostener a la otra y nuestras cabezas divagaban ante la situación, o al menos la mía — Podría comerte la boca aquí y ahora

¿A ti te gusta? — Se atrevió a romper el silencio.

Pues, la verdad es que nunca lo he probado — Respondí con un gesto en los labios

¿Me has comprado un café que nunca has probado? — Volvió la mirada hacia mi y arqueó una ceja.

Si — Me encogí de hombros — Pero en mi defensa... — Intenté justificarme al ver que el arco en su ceja se había pronunciado aún más — Me han dicho que es buenísimo

Tiene muy buen gusto la persona que te lo ha dicho, al menos en café — Se volteó dándome la espalda y caminando nuevamente hacia su lugar en el escritorio pero detuvo sus pasos por un momento.

Pensé en preguntarle si ocurría algo, pero comenzó a moverse nuevamente y se ubicó en su lugar.

Siéntate Vanesa, tenemos que ver estos papeles que ha dejado mi padre

Caminé hasta el escritorio y me senté en mi lugar, sin mirarla a los ojos. Había acertado en el café y mi blusa seguía siendo blanca, pero había cierta incertidumbre en el ambiente que provocaba que me sintiera incómoda, no entendía si a la jefa le sucedía algo.

Hablarán De Ti Y De Mi (VALÚ AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora