Zumos que prometen despertar sobresaltos emocionales

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Vane POV

¿Es nuestra? Aunque quisiera no pertenecerle de ninguna de las maneras en que fuera posible, si lo hacía, tan cierto era el hecho de que soy la empleada de su empresa, su empleada y ella mi jefa. Dos papeles que rigieron nuestra relación desde el principio y que gracias a su cobardía no fuimos capaces de distorsionar.

— Evaluaremos la oferta Pablo - Mi jefe ignoró las palabras de su hija mostrando de esa forma que María Lucía se había ganado un lugar de más importancia en la empresa según sus propias palabras, pero no el suficiente como para decidir que empleado continúa o no con ellos.

Esperaré respuesta, me encantaría tenerte con nosotros -

Con la mirada baja escuchaba lo que se hablaba sobre mi persona, sintiéndome extraña < Te la compro > El poder que les da el dinero a ciertas personas llega a ser increíble, tratando al resto como objetos a los que pueden adjudicarles un precio, y aunque no había ninguna mala intención detrás de ello, sino que sólo una admiración hacia mi persona, me sentía miserable de todas forma.

Podía sentir la mirada de Pablo atacando mi perfil con descaro, pero no era capaz de encontrarla, no quería hacerlo.

Mis pensamientos se encontraban perdidos en la posibilidad de no ver a María Lucía nunca más, una idea que debía resultar tentadora, no escucharla repetir los papeles que nos competen dentro de ese edificio debía ser la mejor de las opciones, pero extrañamente, no lo estaba sintiendo así.

— Bajen ambas a llevarle el contrato a Jennifer y díganle que tenga todo listo para dentro de dos días, nosotros les seguiremos en un momento -

Las palabras de mi jefe tuvieron una repercusión mayor de la que deberían dentro de mi - Genial, me asigna tareas con ella -

Me limité a levantar la vista para asentir con un < Vale > demasiado bajito y comencé el camino hacia el elevador de manera casi desesperadamente, con el objetivo de evitar la mirada de María Lucía.

Llegué a la altura del elevador y lo llamé esperando con la viste perdida en un punto cualquiera de las puertas metálicas.

Mi corazón se contrajo algunas pulgadas cuando el sonido de la puerta cerrándose a mí espalda llegó a mi, pronto nos encontraríamos encerrados en un lugar reducido junto a nuestra maldita debilidad, lo único que podía hacer en ese momento era encogerse.

El elevador separó sus puertas al llegar al piso correspondiente, ingrese dentro con pequeños movimientos medidos, con la mirada sobre el suelo, como si este resultase más atractivo que la hermosa mujer dueña de los tacones negros que acababan de ingresar dentro.

Cuando la sentí detenerse a mi lado presioné el botón para descender y el elevador respondió rápidamente a la orden.

El descenso nos encontró en silencio, su perfume danzaba en el aire que compartíamos, acorralando y tentando a mí olfato, buscando seducirlo, rendirlo, y lamentable resultaba duro reconocer que lo estaba logrando.

— No puedes dejarnos _ Para mi sorpresa María Lucía se atrevió a hablar y la frase que eligió para romper el silencio se trataba de mi < Compra > ¿No puedes dejarnos? Debía llevar esa frase a nivel laboral o estaría equivocándome al hacerlo — Te necesitamos _ Esas palabras llegaron a mis oídos con ambivalencia, me estaba costando demasiado trabajo interpretarlas como debía y sólo tenía una forma de descubrir sus verdaderas intenciones, mirarla.

Con mis labios unidos al saberse sin respuesta levanté la vista en su búsqueda, nuevamente rompería con el pacto entre mi mente y mi corazón de no mirarla para evitar el sufrimiento, necesitaba leer sus ojos.

Hablarán De Ti Y De Mi (VALÚ AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora