Perteneciéndo(le)me

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Vane POV

María Lucía y yo, sentadas sobre mi cama, interpretando el guión de la mejor película de amor; con los labios sabiendo a café y nuestra piel aún emanando el aroma de quien perteneció físicamente a alguien más.

Y claro que le pertenecía, física y emocionalmente, bien lo confirmaba mi corazón que lentificaba sus pulsaciones cada que una sonrisa se dibujaba en sus labios.

Tomó una tostada, la cubrió con una fina capa de mantequilla y mermelada, la atrapó entre sus labios, mordiendo con delicadeza, consciente del hambre manifiesto en mis ojos que la devoraban sin pudor.

Por primera vez me avergonzaba frente a ella, sintiendo como el rubor de mis mejillas ardía encendido y descendía a lo largo de mi cuello. Bajé la mirada y cerré los labios que segundos atrás se encontraban secos al dejarse llevar por los pensamientos lujuriosos que María Lucía provocaba. Su mano llegó hasta mí mentón empujando lentamente, la suavidad de unas manos que sabían como hacer para despertar cada poro de mi piel y erizarlo bajo su tacto.

También te veo así, desde el primer día. — Unió nuestras miradas y sonrió de lado.

¿Con deseo? — Pregunté avergonzada y pude sentir cómo mis mejillas se encendían con más fuerza, cual fuego avivado — ¿En que demonios estás pensando Vanesa?

Sonrió de lado sin perder la conexión de nuestras miradas y luego habló — Con deseo. — Acercó sus labios hasta una de mis mejillas para dejarle un tierno beso — Con intriga. Llevó su boca hasta la otra mejilla y repitió el dulce beso — Con interés. — Sus labios esta vez se ubicaron en mi frente y la rozaron aún mas cargados de dulzura. Ahora sus manos entrarían en juego y se posarían sobre mis mejillas mientras su boca descendía a la altura de mi mentón — Con fastidio. — Alejó sus labios del beso y ambas reímos — Solo a veces, pero no lo voy a negar. — Agregó cierto tinte de diversión y sus pupilas se encarnaron a mi boca — Con... — Sus labios llamaron al silencio y los míos se unieron en una perfecta línea, sus pupilas ascendieron colisionando con las mías, las suyas temblaban nerviosas, las mías esperaban ansiosas — Con atracción. — Su mirada me abandonó abruptamente y al fin llegaría el beso que uniría nuestros labios, pero tendría una duración mucho mas corta de la que había imaginado en cuanto había comenzado el juego.

Un silencio misterioso que había conseguido confundirme; podría jurar que su voz tembló en esa última confesión, pero para mi sorpresa me confundiría aún más lo que vendría.

Al alejarse del beso continuó con la tostada y el café; mis pupilas estudiaban sus movimientos con detenimiento mientras mis neuronas procesaban cada pensamiento, procurando armar aquel rompecabezas que María Lucía se empeñaba en desordenar cada vez un poco más, descolocando cada pieza.

Mientras la observaba, los recuerdos de nuestro primer encuentro comenzaron a reproducirse en mis pensamientos. Hermosa y sensual egocéntrica con complejo de superioridad creyendo que el mundo giraba al rededor de sus tacones Gucci, pero con que facilidad había logrado colarse en mi pecho consiguiendo que la viera de otra manera; que lograra ver más allá de ese disfraz que las demandas sociales le habían cocido a su talla exacta. María Lucía Sánchez Benítez, para la sociedad sinónimo de poder, para mi sinónimo de... ¿ternura?

Tienes... — Señalé mis labios buscando que comprendiera el gesto, su cara de confusión con la comisura izquierda de sus labios llena de galea consiguieron ganarse una sonrisita de mí parte.

¿Me quieres hacer la que te hizo aquel tío en el resto para robarte un beso? — Llevó ambos brazos a los lados de su cintura y su ceño se frunció levemente mostrando cierto tinte de enfado.

Hablarán De Ti Y De Mi (VALÚ AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora