El crujir de un corazón ajeno

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Vane POV

— ¿Qué es esto? _ Pregunté con la mayor de las confusiones mientras mis pensamientos generaban mil supuestos intentado descifrar su significado.

— Es... Es lo... Lo que... –

— Vanesa, ya volviste - El señor José apareció detrás de su hija interrumpiendo la respuesta tartamuda de María Lucía.

— Si señor José, aquí tengo todo _ Respondí extendiéndole los papeles.

— Vamos a mi despacho ahora y lo veremos los tres juntos - La sonrisa exageradamente delineada que lucían los labios de mi jefe llamó mi atención, unas horas atrás su rostro solo expresaba enfado y ahora se lo veía demasiado alegre.

— Yo debo ir a... – María Lucía intentó hablar pero su padre la interrumpió sin darle importancia a lo que diría.

— Tu subes con nosotros - Una de esas miradas de < Haces lo que te digo o verás > se apoderaron de sus ojos llevando a María Lucía a ocupar su lugar en el elevador en silencio.

José presionó el botón correspondiente al piso de su oficina y adoptó su típica postura con sus brazos cruzados y la maleta delante pero mis ojos se desviaron rápidamente de su figura y se posicionan sobre la mujer que lograba hacer que mi organismo completo funcionara a destiempo.

La encontré adoptando la que según ella era su postura favorita en mi, con la mirada sobre sus propios pies y los brazos entrelazados a la espalda, una posición atípica en María Lucía hasta el momento, una posición en la que lejos de mostrar timidez como resultaba en mi caso la dejaba ver vulnerable.

— María Lucía ¿Puedes creer que una mujer tan guapa como Vanesa no tiene un hombre a su lado? - José habló consiguiendo que ambas lo miráramos pero con su comentario nuestras miradas se buscaron rápidamente.

Los ojos de María Lucía me permitieron apreciar esa tristeza que sus formas ya presuponían pero me abandonaron rápidamente para volver a su posición anterior y luego habló — No lo sabía –

Claro que lo sabía, más que nadie lo sabía, si en mi piel había trazado con el mayor de los cuidados un camino de besos que esperaba volviera a recorrer pronto.

Pero el señor José desconocía todo aquello y debíamos fingir desinformación en el tema.

— Dos mujeres tan guapas y solas. Nos vamos a tener que poner en campaña para conseguirles pretendientes guapos y a la altura -

Observé a María Lucía pero su rostro se mostraba reservado, como evitando que su padre fuera capaz de interpretar alguna respuesta al observarla, ya que sus ojos se encontraban estudiando cada uno de los movimientos que su cuerpo no emitía.

Ambas nos limitamos a evocar al silencio y yo terminé por bajar la mirada al igual que mi jefa ante la incomodidad del momento, el ambiente se había tensionado en el espacio reducido del elevador.

Una risita por lo bajo del señor José me sorprendió en medio del silencio, comencé un lento ascenso con mis ojos en un acto de disimulo total y lo encontré sonriendo mientras observaba a la cabizbaja de su hija, demasiadas conclusiones rondaban por mi mente y todas carecían de lógica.

En cuanto estuvimos dentro de la oficina cada uno ocupó su lugar.

Sentada en mi silla del lado izquierdo observé cómo el señor José buscaba algo en el ordenador y llevé mi vista hacia María Lucía, su mirada se encontraba perdida en sus pulgares que jugaban a rozarse en pequeños movimientos mientras aparentemente mordía su labio por dentro, se veía triste y comenzaba a afectarme verla así.

Hablarán De Ti Y De Mi (VALÚ AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora