Hablarán De Ti Y De Mi (VALÚ AU)

Maldita lógica falaz

Malú POV

Finalmente la voz del elevador me comunicaba que mi llegada a la primera planta de la empresa había finalizado y lo primero que hicieron mis ojos fue buscarla ansiosos... desesperados; pero tristes decidieron bajar la mirada al descubrir que solo Jennifer se encontraba en aquel sector. Volví a levantar la vista y la busqué a ambos lados, alejando mi cuerpo del elevador para que realizara su siguiente viaje, pero tristemente tampoco se encontraba allí, solo empleados esforzándose por dejar atrás los efectos de la somnolencia con ayuda de una taza de café.

— Buenos días Jennifer, debo entreg... — Comencé un saludo cordial mientras me acercaba a su escritorio en busca de una nota que debía entregarle, pero me interrumpió cortando de manera abrupta mi explicación.

— Los cojones que por mi anatomía femenina no tengo. —

Parpadee varias veces confundida y subí la mirada descolocada en su búsqueda — ¿Disculpa? —

— Disculpa aceptada. — Bajó lentamente sus parpados mientras asentía con pequeños movimientos de su cabeza.

— ¿Qué demonios te ocurre Jennifer? — Quité la mano que se encontraba dentro del bolso y molesta lo arrojé sobre su escritorio.

— A ti, que vienes con aires de jefecita y evitas lo realmente importante. —

Sonreí apretando mis labios, intentando hacer el enfado a un lado — Reitero la pregunta... ¿Qué demonios te ocurre? ¿De qué hablas? —

— ¿Cómo le ha ido con Vanesa?... La pregunta correctamente formulada en realidad sería... ¿Cómo has tratado a Vanesa? —

— Mira, yo entiendo que es tu amiga y tienen un vínculo cercano, pero... — Carraspee buscando tranquilizarme y retomé mis palabras — Aquí soy tu jefa, y me debes respeto. — Ladee mi cabeza en dirección a las cámaras.

— Pfff, menos mal que ha hecho el gestito ese. — Imitó mi movimiento hacia las cámaras — Ya pensaba que lo estirada no se lo quitaba ni con un buen polvo. —

—¡Jennifer, por favor! — Exclamé avergonzada y alejándole la mirada algo incómoda.

— Se ha sonrojado. — Sus palabras demostraban ternura y sonrió sin quitarme la mirada, o al menos así lo percibí observándola disimuladamente de lado. Ahora quien carraspeaba su garganta era ella, tomaba una postura firme y se decía con voz suave — Concéntrate. — a la vez que pasaba una palma de la mano frente a sus ojos cerrados — Sepa disculparme, me he tomado demasiados atrevimientos, no debí hablarle de esa manera. —

— ¿Pero qué dices? Tampoco dramatices, solo estaba diciendo que aquí debemos fi... —

— Firmar esos papeles, si, si, lo sé. — Su rostro dibujó una sonrisa exageradamente forzada, sus ojos se abrieron en su máxima capacidad logrando que las líneas de su frente se marcaran con fuerza y extendió sus manos en mi dirección.

— ¡Diablos! — Gritaron mis pensamientos. La observé atenta y sus labios de lado parecieron comprender mi pánico.

Introduje una de mis manos en el bolso fingiendo no ser consciente de la presencia de mi padre a mi espalda — Por aquí debe estar, lo coloqué en el bolso antes de salir. —