Un pasado doloroso

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Vane POV

- Siento mucho el trato que te di antes -

María Lucía habló frente a la puerta que segundos atrás había cerrado bruscamente a su espalda.

Enlace mis brazos al pecho y llevé la cabeza a un lado, observándola con una de esas miradas que buscan incomodar - ¿Fueron celos? -

- ¿Celos? Jajaja, María Lucía Sánchez Benítez no sabe lo que son los celos - La ironía se entendía en cada una de sus palabras y mi corazón pasó de producir latidos lentos producto de la molestia a una aceleración incontrolable a la que le urgía calmarse en sus labios al saberla celosa, pero era muy consciente de que no podía rendirme a sus encantos con tanta facilidad por lo que acompañé la postura intimidante con un arqueamiento de cejas - Si, han sido celos - Admitió sin mirarme mientras entrelazaba los brazos al pecho y se encogía de hombros.

Las ganas de atacar sus labios sin cautela pujaron más en mi interior, pero mi mente esta vez un poco más fuerte logró dominar los débiles instintos de mi núcleo impulsivo y llevó a mis labios a comportarse como no lo hacía mi interior - Lo sabía, solo quería una disculpa sincera y tu reconocimiento -

- Estratega - Achinó sus ojos pellizcándome el corazón con aquel gesto y a mis labios les resultó imposible no esbozar una sonrisa.

Me giré hacia el escritorio nuevamente con intención de tomar los papeles pero la agradable sensación de volver a sentir el calor de María Lucía a mi espalda lo impidió.

El peso de sus manos descansando sobre mis hombros para luego deslizarse a lo largo de mis brazos como una de las formas de rendirme a ella - Ayer te improvisé en una bañera, hoy podría hacerlo sobre un escritorio -

Mi piel erizada y la respiración pesada evidenciándose.

- Estamos en la oficina de tu padre -

- La cual será mía - Me giró en su dirección y como de costumbre se encontró con mis labios entregados esperando el encuentro.

Mis manos se afirmaron uniéndose en el hueco de su cuello mientras las suyas aferradas a mi cintura no pretendían dejarme escapar.

En un momento de absoluta lucidez mis pensamientos se desviaron de su forma de besar volviendo a incrustar la incomodidad en mi pecho, estar besando a la hija de mi jefe en su propio despacho no se sentía muy apropiado - Pero de momento no lo es -

Aunque mis labios con mucho esfuerzo fueron capaces de abandonar los suyos, a mis ojos les resultaba imposible dejar de observarlos, con el rosado más intenso y la humectación de mi saliva contorneándolos se hacían desear con benevolencia.

Y como si mi boca resultara una gravedad para la suya hizo caso omiso a mis palabras y volvió a permitirnos saborear la increíble combinación del sabor de nuestras bocas.

Los huracanes internos que María Lucía provoca en mi resultaban tanto incontrolables como impredecibles, capaces de hacerse presentes bloqueando mis facultades mentales sin importarle el donde ni el cuando.

Mis oídos esperaban impacientes el momento en que nuestras bocas se distanciaran para que la mía alcanzara alguna zona provocando un gemido de su parte, pero lejos de tener la posibilidad de satisfacer ese deseo el sonido del móvil llegó hasta ellos dejando sus ganas en el tintero.

- Mierda - María Lucía hacia evidente su molestia mientras yo cogía el móvil maldiciendo a su padre internamente cuando divisé su nombre en la pantalla.

Hablarán De Ti Y De Mi (VALÚ AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora