Tanta vida de repente

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El dolor de cabeza había aumentado hasta llegar al punto de hacerme creer que esta explotaría en cuanto Carlos nos dijo que no llegaríamos a tiempo a la entrevista.

Poco me importó cuando dijo que la única opción que teníamos para cumplir el horario sería vestirnos en un baño publico, en primer lugar porque mi crianza no me impedía hacerlo y en segundo lugar porque sería la primera vez en mi vida desde que soy lo suficientemente adulta como para manejar mis tiempos que estaría fallando al cumplimiento de un horario.

Cuando creí que mi ánimo se encontraba en el punto de no tener manera de remontar positivamente, los comentarios de María Lucía dentro del váter de la gasolinera dibujaron sonrisas expandidas acompañadas de risas incontrolables colocando a la preocupación en un segundo plano.

En cuanto estuve lista abrí la puerta del váter perdiendo el corazón en el camino cuando la figura de María Lucía de espaldas con una falda negra se lucía frente a mí.

Mis ojos se clavaron en sus curvas con todo el descaro del mundo mientras mis latidos adoptaban la típica arritmia que le atacaba cada que de María Lucía se trataba.

Noté como sus pupilas imprudentes se clavaban en mi fisonomía y la recorrían sin disimulo, lo que me llevó a permitirme apreciarla de la misma manera.

- Esos botones deberían estar cerrados - Habló señalando con su índice hacia los botones que intencionalmente había dejado sueltos.

- Esa falda es demasiado corta - La desafíe haciéndole notar que su observación podía conseguir una igual de mi parte.

Caminé hasta ubicarme a su lado frente al espejo y comencé a recoger mi cabello en una coleta alta, luego adorne mis ojos con mi delineado predilecto y cuando me encontraba guardando todas mis pertenencias me vi invadida nuevamente por el aroma de mi perfume favorito a la vez que los lados de mi cuello se humedecían.

- Lo has traído - La sorpresa se evidenciaba tanto en mi rostro como en mi voz.

- Lo llevo siempre conmigo - Respondió uniendo nuestras miradas.

- Ha salido todo - Acaricié la zona donde había manchado su rostro y sos ojos se cerraron, tal vez al verse invadidos por esa sensación de hormigueo que en ese mismo instante también estaba disfrutando mi dedo índice.

- Te dije que te mataría - Alejé la mirada de mi caricia en su rostro y busqué la suya - Existen diferentes formas de matar - Su manos se depositaron en mi cintura y comenzaron a atraerme hacia ella - A besos - Sus suaves labios rozaron los míos mientras hablaba

- Acepto - Mi mente y mi corazón se entregaban en pensamientos sin siquiera detenerse a evaluarlo.

Bajé los párpados y separé los labios autorizándola cometer el delito - A orgasmos - Con el extremo de su lengua rozó mis labios en dirección contrario a su forma.

- Acepto al cuadrado - Nuevamente mis pensamientos me entregaban y de solo pensarlo un jadeo escapó de mis labios.

Pero nuestro momento mágico se vio interrumpido por unos enérgicos golpes en la puerta y terminamos por alejarnos rápidamente.

Carlos nos dijo que era tiempo de marcharnos ya que no llegaríamos a cumplir con el horario y poco segundos más tarde salimos ambas listas para afrontar la reunión que se avecinaba.

Una repentina taquicardia me sorprendió cuando pensé que no llegaríamos a tiempo logrando que el dolor de cabeza se agudizara con facilidad. Pero para nuestra suerte en el horario estipulado de la reunión nos encontrábamos en la puerta de la CENTON.

Hablarán De Ti Y De Mi (VALÚ AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora