Otra vez NO (2°SLE)

Epilogo

-Estás preciosa.

Lissed se aparto de Laura, ahora su suegra y se contempló en el espejo frente a ella. Queria estar hermosa para Dereck.

-Te queda de maravilla. -Laura se coloco detras de ella.-He acertado con la talla.

-Si, me queda perfecto.

Era un vestido largo con corte de sirena, tenia una pequeñas perla que le daban un toque de pureza. Se habia dejado la larga melena negra suelta y un velo corto le caia sobre los hombros. El vestido dejaba a la vista su redondo y tierno vientre de 4 meses.

-Es justo lo que yo habria escogido.

Laura se coloco entre el espejo y ella.

-Lissed, se que ya te lo he dicho pero.....

-Shh.-La interrupe ella con dulzura.-No hace falta que te vuelvas a disculpa, nada fue tu culpa.

-Ya lo se, pero de verdad estoy muy arrepentida, desde que llegaste supe que tu eras alguien importante para mi hijo.

-Gracias Laura por todo.

Ambas mujeres se abrazaron, Laura estaba sumamente feliz desde la noticia de que seria abuela de dos hermosas niñas.

-Ya estan aqui.-Laura se refería al vehículo que llevaría a Lissed a la iglesia.

-¿Estas lista?-Pregunto Laura tendiedole el ramo de claveles blanco con rosado.

Salieron juntas, Luke las esperaba al final de las escaleras. Su hermano sonrio al ver lo bella que estaba su hermanita.

-Dereck es un hombre afortunado.-Aseguró.

Los tres subieron al vehículo. El cielo estaba plenamente despejado, sin una nube. Una vez en la iglesia, Laura la acompaño hasta el principio del pasillo donde la esperaba el padre de Lissed.

Al final de este pasillo se encontraba el futuro esposo con una enorme sonrisa en su rostro.

Invitados que Lissed apenas conocia se pusieron de pie cuando comenzó a sonar la música mientras ella y su padre empezaban a caminar por el camino de rosas hasta el actar.

-Dereck te entrego a mi mas grande tesoro, cuidala.-Le dijo el padre de Lissed a su futuro yerno.

-Tiene mi palabra.-El hombre confia ciegamente en Dereck porqué sabe que no hara sufrir más a su princesa.

-Has venido.-Susurro Dereck cuando la tuvo a su lado.

-¿Creias que no lo haria?-Dereck le levanto el velo.

-Lo que creo es que soy el hombre más afortunado del mundo.-Dijo mientras posaba su mano en el abultado vientre de su futura esposa.

-No.-Murmuró ella.-La afortunada soy yo.

-Los dos somos afortunados.

Y cuando Lissed miró hacia delante supo que tenia razón, que estaba a punto de convertirse en la mujer más feliz de la tierra y que esa felicidad duraria el resto de su vida.

Fin