Insomnio

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Yo nunca había podido dormir bien, nunca en mi vida, insomnio, siempre era lo mismo; era horrible, mis padres y mi hermano dormían mientras que yo estaba sola acompañada por ella; intenté dormir pero mis pensamientos volvían a él.

Su pelo castaño, su piel pálida, sus ojos......, demonios, amaba esos ojos tan exóticos; él era único y estaba fuera de mi alcance.....

-"Deberías dejar de pensar en él, o en cualquier chico o chica; a nadie le importas"

-"Al menos debería intentar, no tendré ninguna oportunidad si no lo hago....."

-"El es guapo, divertido e interesante, tu eres todo lo opuesto"

-"Debería intentar al menos....."

-"Ya le gusta alguien, ¿recuerdas?"

-"Cupido me odia"

-"También Morfeo parece ser"

Me levanté de la cama, ya no tenía idea de que hacía de noche, la única certeza que me quedaba era que no podía dormir ni porque lo intentará; solo lograba tener paz por la madrugada cuando me aceptaban brevemente en la tierra de los sueños......, aunque nunca soñara nada.

Caminé por los pasillos oscuros de mi casa mientras intentaba calmarme.

-"Enserio eres idiota, ¿¡quien se enamora en un día!?"- Dijo -"De verdad estás mal de la cabeza"

-"Lo se, hablar contigo es prueba de ello"

Llegue hasta la cocina, me dirigí a la nevera y encontré mi botín: 1/4 de una botella de dos litros de soda; me serví lo que quedaba en un vaso y deje que el líquido frío bajará por mi garganta.

Al menos eso me ayudaba a no aburrirme, un paseo a abajo o leer, odiaba no poder dormir.

-"Eres demasiado extraña, tal vez esa es la razón de que a nadie le agrades"

-"Soy bastante consciente de ese hecho"

-"Eso y tus problemas de ira explosiva"

-"No tengo ira explosiva"

-"Es más bien como rabia contenida y problemas así; se que has pensado más de una vez vengarte de maneras diferentes y que no dudarías en hacer cosas así"

-"¡No soy así!"

-"Si lo eres, lo se porque técnicamente soy tu, odio eso por cierto; ya deberías saber lo patética que eres al mentir"

-"¡TU SOLO ERES UNA PUTA VOZ EN MI CABEZA, NO SABES NADA!"

-"¿Ves? Eres patética"

Suspiré, ella tenía razón, no podía ni controlar mis emociones, ¿como esperar que alguien aguantara una relación conmigo? ¿O que yo la soportara?

Era algo que se sentía inalcanzable, siempre fui bastante enamoradiza y cursi, pasar años con la cara metida en un libro, jugando videojuegos y viendo series en televisión me habían dado una visión bastante idealista del amor; anhelaba tener un romance correspondido, como el de una de las viejas historias medievales o los cuentos de fantasía, alguien quien me apoyara y que quisiera mi apoyo, alguien que a pesar de todo siguiera a mi lado y me amara, siempre y cuando yo lo amara en igual medida; pero ese tipo de amor no existía, no existió nunca y si existió ya se había extinguido, lo aprendí de la manera difícil; nunca quería volver a sentir la sensación de que mi corazón dejaba de latir y se rompía; siempre creí que el corazón estaba hecho de tejido orgánico como músculos y sangre, cuando me di cuenta que el amor no era de la manera idealista y hermosa que yo creía que era, me di cuenta que en realidad parecía estar hecho de vidrio o porcelana; no tenía sentido lógico, ¿Pero como más podría explicar esa sensación de que se partía en mil pedazos y me cortaba por dentro?

Y aún así heme aquí, pensando en un chico que apenas conocía, con mi corazón a mil latidos por segundo y con incertidumbre de que hacer; no tenía remedio y lo sabía.

-"No tengo oportunidad con Valentín o cualquier chico, ¿cierto?"

-"Tal vez solo con un psiquiatra, o un amigo imaginario"

-"Gracias por el apoyo"- respondí sarcásticamente.

Volví al piso de arriba, oí los ronquidos de mi madre y la respiración de mi padre preguntándome como demonios le hacían para dormir como troncos. Tal vez enserio necesitaba un psiquiatra o un médico, esto no podía ser normal.

Vi el cuarto de al lado, mi hermano dormía, entre a su habitación; pensé en muchas cosas cuando lo vi, cuanto lo quería, en lo inocente que se veía cuando dormía y, principalmente, como extrañaba esa época en la que él no era más que un niño pequeño, como me miraba como si fuera lo mejor del mundo, como jugábamos juntos fingiendo ser espías, caballeros Jedi o ninjas, como solía ser lo mejor de mi vida......luego creció.

Ya no quería estar conmigo, me ignoraba y no me dejaba ni que le diera caricias; si no me necesitaba, no me hablaba, a menos de que quisiera molestarme.

-"¿Que le pasó a esos días cuando decía «Te quiero hermanita»?"

-"Se fueron, ya ni te quiere cerca, mejor dejar de lamentarse por eso; además tal vez quieras quitar tus manos de la cara de tu hermano, sabes como odia que lo toques"

No me había dado cuenta en que momento había comenzado a acariciar a Lance, pero no quería parar, volver a la soledad de mi cama no me llamaba mucho la atención.

Continúe unos minutos, extrañaba esto, poder tocar a mi hermano sin miedo a que él se pusiera furioso porque lo acariciaba, extrañaba demasiado esto, mucho.

Suspiré y me fui de su lado; eran las 23:12 pm, o las 11:12 pm para aquellos que no usan hora militar; tal vez ahora si podría dormir.

Me dirigí a mi cuarto y fui recibida por la luz de la luna que pasaba atravez de las ventanas, otro costumbre que tenía era dejar las cortinas cerradas en el día y abiertas por la noche, de esa manera el sol no me molestaba durante el día, ni tendría que ver los días grises, además de ver la luna y las estrellas de noche; ciertamente los libros exageraban su tamaño, en ellos la luna es colosal y muy brillante, desde mi perspectiva parecía del tamaño de una arepa y tenía un brillo opaco.

Volví a mi cama, quité las cobijas, me acosté sobre el colchón y cerré por fin los ojos cuando era medía noche.
Esperaba que mañana fuera un día mejor que hoy......

Yo, Yo misma, Yo también y mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora