Había vuelto a la escuela el día siguiente, me debí ver horripilante hoy, mi pelo aún más despeinado, ojeras debajo de mis ojos y mi corbata desajustada; no había sido capaz de verme al espejo, cada vez que me veía me dolía más la autoestima.....
Entré al salón y saludé a Silvia, ha sido mi mejor amiga desde quinto grado, era la hermana que nunca tuve y a pesar de que nos habíamos distanciado un poco por cosas del destino (a saber, ella había hecho más amigos y yo no había hecho ninguno), me gustaba pensar que seguíamos siendo buenas amigas.
-"¿Algo te pasa?"- me preguntó.
La miré, a veces sentía celos de lo bien que se veía; era más alta que yo, un cuerpo atlético y su pelo crespo, tenía tez morena, la hacía ver como esas bellezas exóticas que uno vería en televisión.
-"Nada, tu tranquila Sis"- Le respondí, se preocupaba por mi, pero en realidad, no era insistente, a duras penas pasaba tiempo conmigo desde que consiguió más amigos que me fueron echando poco a poco de nuestro círculo de amigos. Además, no le iba a decir todo esto, ella podía verse bien, pero no era muy buena con los sentimientos de los demás.
Y efectivamente dejo el tema, dejándome sola con mis pensamientos durante toda la clase de matemáticas, algo que yo no considero sano para mi cordura, pero era inevitable.
Pensé en él, Valentín me abrazaba y se sentía bien, me decía que no era tan mala como yo misma me decía, que valía la pena.....
-'Eres una idiota, a él no le interesas, aceptalo, él puede estar con quien quiera con lo bien que se ve, contigo, nunca'- Oí su voz -'Aprende de tus errores, a nadie le agradas, así que solo acostumbrate a eso y no seas idiota'
Me tragué las ganas de llorar que tenía, oí que alguien me hablaba, era la profesora.
-"Dana"- Me dijo con expresión sería -"Puedes decirme cuál es el límite de equis tres dividido equis menos tres cuando equis es 2?"
Lo pensé un momento, no era tan complicado, una respuesta simple.
-"Seis, profe"- le respondí sin ponerle mucha atención a su ceño fruncido.
-"Bien hecho" - me dijo -"Pero la próxima vez la espero en la tierra cuando sea mi clase, ¿Bien?"
No puse cuidado el resto de la clase....
Salí luego de dos horas de intentar poner a la clase, hora de un breve descanso, de nuevo a mi rincón en cafetería......sola.
Dudaba que Valentín volviera conmigo, ya habría hecho algunos amigos, ¿No?
Que me dejaran después de que perdiera mi uso era algo a lo que estaba acostumbrada, me había pasado varias veces en mi vida, hasta Silvia lo había hecho.....
-'Ademas de que Valentín no te necesita, a lo mejor ya se olvidó de ti, o solo te recuerda como la chica rara; de igual manera, te deja con tu viejo amigo: La soledad'
Miré esperanzada hacía todos los lados de la cafetería; ahí estaba Valentín, hablando con un chico bajito de octavo grado; era Camilo, un chico que había conocido desde hace años y hasta cuidé en algún momento cuando él estaba en el jardín de infantes, me daba risa ver que prácticamente no había crecido desde ese tiempo, parecía un Chibi de esos que uno ve en el anime.
Pero bueno, los dos estaban juntos charlando; no iban a venir conmigo, Valentín había conseguido amigos,
Pero, voltearon hacía la mesa en la que estaba sentada; ¿Enserio iban a venir conmigo?Se acercaron a la mesa y se sentaron; la acción era algo tan normal, tan mundano, pero a mi me parecía algo surrealista, ¿Por qué venían conmigo?
-"Hola, Dana"- dijo Valentín mientras sonreía, y yo sentía que me derretia, me encantaba esa sonrisa, al menos eso acababa de decidir -"No esta ocupado, ¿Cierto?"
Salí de mi estupor y me di cuenta de que me acababa de hablar.
-"No, no esta ocupado"
-"Oh, bien"- dijo un poco aliviado, luego miró a Camilo -"Ah, Dana, él es...."
-"Camilo"- le dije a Valentín -"Lo conozco desde que era aún más enano"
Vi a Camilo, no había cambiado, pelo negro, ojos cafés claros y una estatura de niño de 10 años a pesar de que tenía más o menos 14; un chibi en carne y hueso.
-"Se conocen?"- preguntó un poco sorprendido.
-"Claro, desde que que yo estaba en tercer año y él en primer año"
Miró a Camilo, él simplemente se encogió de hombros mientras sonreía.
-"Claro"- dijo con una voz que hacía notar su diversión -"Solíamos jugar en él autobús escolar"
-"Cierto"- dije mientras sonreía un poco; por otro lado Valentín parecía perdido.
-"Porque no me decías que la conocías wey!?"- Parecía....asustado.
-"¿Me perdí de algo....?"
-"Nah"- Dijo Camilo mientras movía su mano como si no fuera algo importante -"Solo que me estaba hablando sobre una chica única y bonita que le está llamando la atención"
Me quede callada un momento.
-"Eso es genial!"- Le dije emocionada -"¿Necesitas algún consejo?"
-"No creo que....."- dijo con una cara sonrojada.
-"Es una idea genial!"- dijo Camilo -"Este wey necesita mucha ayuda, le hace falta el toque «Femenino»"- Enfatizó el Femenino con comillas en el aire.
-"Bien, me asegurare de que sea un galán para cuando se lo diga!"- Hice un saludo militar burlón -"Lo espero a las mil quinientas afuera cuando terminé la jornada estudiantil"- dije intentando hacer mi mejor voz de mando.
-"Pero...."
En ese momento sonó la campana, era hora de ir a clase, me paré a velocidad del rayo, no iba a volver a llegar tarde.
-"Sin peros soldado"- Le dije aún metida en mi personaje militar -"Lo espero a las mil quinientas horas, pero tengo que correr, no pienso llegar tarde a clase, de nuevo, ¡Bye!"
Y así salí corriendo a clase, pensando a quien le gustaría Valentín; claro que a mi me gustaba, pero sabía que mis probabilidades eran casi nulas, así que mejor ayudarlo a conseguir su objetivo.
-'Actuaste como una idiota allá atrás, obviamente tus probabilidades son nulas'
Como dije: lo iba a ayudar!
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Yo, Yo misma, Yo también y mi novio
Ficção AdolescenteDana es una chica fuera de lo normal: tiene más figuras de acción que productos de belleza, más libros de manga que revistas y una manera extraña de interactuar con la gente. Cuando un chico nuevo entra en su vida por pura casualidad, podría evitar...