-"Entonces mi jefe grito a todos en la oficina"- Dijo mi padre.
Nos reímos mientras comíamos, era de noche y teníamos un momento familiar, mi madre diciendo chistes malos, mi padre contándonos como fue su día, mi hermano hablando de idioteces y yo riendo y hablando de alguna nueva película o comic; no hace falta decir que lo que yo decía les valía un bledo, pero aún así hablaba.
Mi familia era muy unida, no había que refutar eso, pero me sentía fuera de lugar bastante seguido; no les interesaba que les dijera que no fuera estudio o algo académico o de mi vida; podría jurar que mis intereses les resultaban desconocidos.
Había veces en que me sentía como Leia Skywalker en episodio IV, en Tatooine, atrapada con una familia que se preocupa por mi, pero me hacían sentir prisionera; solo que dudaba que me fuera a encontrar dos droides y una vieja maestra Jedi que me llevarán a rescatar a un príncipe en una estación espacial.
Miré mi comida, arroz, pepinos y carne; estaba delicioso, pero no podía concentrarme, mis pensamientos volvían con él.
Sabia ya que le gustaba alguien, debería simplemente dejar ir ese pensamiento y superar ese flechazo tonto.
-"Uno pensaría que deberías concentrarte más en tu familia aquí que en un chico con el que no tienes oportunidad; pero siempre fuiste una terrible hija así que no me sorprende"
Ojalá se callara, y ojalá no pensará que tenía razón.
-"Tu hermano nos dijo que te vio con un chico"- Dijo mi padre -"¿Algo que nos quieras compartir?"
Miré a mi hermano, él pequeño diablo me miraba y se que les dijo a propósito, maldito Lance, no sabía cuanto amaba a mi hermano, sabía que era mucho, pero la mayoría de tiempo sentía que lo odiaba; se aseguraba de hacerme sentir frustrada cuando estaba con él.
-"Es solo un amigo"- Le dije un poco enojada -"Nada más, no importa que diga él"
Señalé a mi hermano, seguro que estaría en problemas si me metía con él, era el favorito, y a pesar de que mi padre era más justo aún se notaba que era su favorito.
-"No le grites a tu hermano"- me dijo mi madre.
-"Bien"- Aceptar la derrota como siempre, era ya normal -"Pero solo soy amigo de él nada más"
-"Mentirosa, ustedes se ven después de clases"- Dijo mi hermano, nunca supo dejar su boca cerrada, tenia 11 años, yo tenía el doble de madurez a su edad, supongo que lo que él tenia de atlético, yo lo había sacado en cerebro.
-"¿Enserio?"- Me miró mi padre; nunca me creían nada nunca, siempre tenia que dar argumentos a todo lo que no les gustara para que así me dejaran en paz, sabía que ellos odiaban que una «niñita» de 16 años les ganara en una discusión; pero sinceramente con el tiempo me había quedado sin más maneras de defenderme a mi y mi ideología.
-"Solo amigos, ya te dije, además, nos vemos después de clases porque es nuevo y necesita guía, además ya le gusta alguien y me pidió consejos, así que lo ayudo"- Le dije y mantuve muchas palabras para mi misma, como «Ahora si me crees, papá?», «Suficiente para ti?» y «Ahora me puedo largar?»; además la rabia de mi padre cuando veía que había perdido era un espectáculo que me encantaba ver y me arreglaba un poco el mal humor.
Me levanté de la mesa y deje mi plato en el fregadero, le di gracias a mis padres y me fui de ese maldito lugar. Odiaba ir a comer con todos, al principio fue porque aprovechaban ese momento para regañarnos a mi hermano y a mi por cualquier cosa que hubiéramos hecho; ahora odiaba estar ahí porque me sentía fuera de lugar, como si no fuera parte de la familia, solo se dedicaban a hablar de idioteces mientras yo los ignoraba.
-"Claro que te sientes fuera de lugar, tu no perteneces ahí"- Me sentía un poco destrozada -"Tu solo eres una persona que nunca encajaría en ningún lado"
Odiaba estar en casa sin videojuegos la mayoría del tiempo.
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Yo, Yo misma, Yo también y mi novio
Fiksi RemajaDana es una chica fuera de lo normal: tiene más figuras de acción que productos de belleza, más libros de manga que revistas y una manera extraña de interactuar con la gente. Cuando un chico nuevo entra en su vida por pura casualidad, podría evitar...